2000-2009: UNA DÉCADA DE ESCULTURA SACRA (XV)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Desde los años 90, la cantera de imagineros onubenses no para. A diferencia de sus predecesores Enrique Pérez Saavedra y José Méndez González, seguidores de la estética austera e introspectiva del singular Antonio León Ortega, la gran mayoría se han decantado por los famosos patrones del neobarroco sevillano.

Para muchos, uno de los más destacados de su generación es Elías Rodríguez Picón (Rociana del Condado, 1974), que de fiel seguidor amateur de la estética de Luis Álvarez Duarte ha pasado a ser un artista con una creatividad propia cada vez más apabullante.

El gusto por la filigrana que mostró desde un principio se ha tornado desde hace unos años exquisitez en obras como el San Juan Evangelista (2008) del grupo del Sagrado Descendimiento de Guadix (Granada), una de los proyectos andaluces de escultura sacra más aplaudidos de los últimos tiempos.

El santo puede tomarse como precedente del Cristo de la Preciosa Sangre (2009), premiado con el "IV Premio La Hornacina". Su obra civil, la mayoría bustos o monumentos, posee tanta o más brillantez que la religiosa. La ansiada inauguración de su colosal estatua de la Virgen del Rocío en Huelva no debería demorarse más.

 

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