Obra muy valiosa no solo desde el plano artístico, sino también desde el patrimonial e histórico, ya que es el único retablo de la Catedral Imperial de San Bartolomé en Frankfurt (Alemania) que sobrevivió al voraz incendio de 1867 y a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial por las Fuerzas Aliadas, sucesos que obligaron a la reconstrucción casi total del templo durante los siglos XIX y XX.

Grupo anónimo, representativo del estilo del Medio Rin, en cuya ejecución se advierten varias manos. Fue realizado en piedra arenisca policromada y dorada hacia 1434-1438 para la capilla fundada por Ullrich von Werstatt y su esposa Gutge Schelmin. Las dimensiones del conjunto son 725 x 318 x 107 cm, midiendo las figuras entre 95 y 112 cm de altura. Entre los autores se baraja el nombre de Michel Kurtze, un cantero procedente de la ciudad alemana de Ulm que era maestro artesano de la catedral en el momento en que fue donado el retablo.

La escena representa la muerte de la Virgen en presencia de los apóstoles, con un relieve en la parte superior que muestra el momento en que el alma de María es entregada a Dios Padre por tres ángeles. Salvo dos de los apóstoles que son de bulto redondo, el resto de las figuras fueron trabajadas en altorrelieve. Las esculturas de los apóstoles sedentes son macizas, mientras que las demás han sido ahuecadas por el dorso.

La composición, enmarcada por dosel gótico, es teatral y fuertemente pictórica. Entre sus influencias encontramos obras maestras de pintores flamencos, como las grisallas de Jan van Eyck en el "Políptico del Cordero Místico" de Gante y, sobre todo, el "Descendimiento de la Cruz" pintado por Rogier van der Weyden para una capilla de Lovaina (Bélgica), hoy en el Museo del Prado tras casi 400 años en El Escorial.