La obra más ambiciosa de entre las encargadas a Alberto Durero por Federico el Sabio fue el Políptico de los Siete Dolores. Este conjunto pictórico le fue encomendado por el príncipe elector de Sajonia no muy lejos de su encuentro en Núremberg con Durero en Núremberg en abril de 1496, sin embargo, es probable que el artista no comenzara a trabajar en el políptico hasta alrededor de 1500, basándose en consideraciones estilísticas.

El Políptico de los Siete Dolores se halla compuesto por una gran Mater Dolorosa orante en un panel central y siete paneles más pequeños con los Siete Dolores de María a su alrededor. Se cree que solo el central fue pintado personalmente por Durero, siendo los laterales realizados por asistentes según diseños del maestro.

Hoy en día las dimensiones totales de la obra son de 189 x 138 cm. La Mater Dolorosa (108 x 43 cm), reducida en unos 18 cm en sus extremos, llegó a la Alte Pinakothek de Múnich procedente de un convento benedictino de Múnich a principios del siglo XIX. La cuidadosa restauración a la que fue sometida en la década de 1930 permitió aclarar el origen de la tabla, erróneamente considerada una Anunciación perteneciente a un díptico que habría perdido la figura de San Gabriel Arcángel. De hecho, una vez eliminados los repintes y las escrituras apócrifas que tenía, se redescubrió una hornacina en forma de nicho (motivo tomado del arte italiano), el halo dorado y la espada que sobresale a la derecha, símbolo de la Mater Dolorosa.

Respecto a las tablas laterales (cada una de ellas mide 63 x 46 cm, aproximadamente), hoy en la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde, se sabe que estaban ubicadas en la ciudad de Wittenberg, sede del castillo de Federico el Sabio, y que en 1640 formaban parte de la colección de arte de Augusto de Sajonia-Lauenburgo, por entonces príncipe de Sajonia. También fueron objeto de una meticulosa restauración, en este caso a mediados del siglo XX, que les devolvió su esplendor original, aunque no disipó las dudas sobre su pertenencia o no al taller.

Dichas tablas se corresponden, como hemos dicho, a los Siete Dolores de María, y recrean cronológicamente la Circuncisión, la Huida a Egipto, Jesús entre los doctores, el camino del Calvario, el momento en que Cristo es clavado a la cruz, la Crucifixión y el Descendimiento. La central se correspondería con la profecía de Simeón.

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