TESOROS DE LA ESCUELA DE CRISTO (I)
CRISTO CRUCIFICADO

Jesús López Alfonso


 

La Asociación Venerable y Santa Escuela de Cristo de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo es una institución sevillana que tiene su sede en su oratorio del compás de la Parroquia de Santa Cruz. Fue fundada en 1791, siendo reorganizada en 1925 tras una larga decadencia, otorgándosele entonces su título actual.

Las devociones de esta sacra institución están ligadas a dos momentos cruciales de la vida de Jesús: su Nacimiento y su Muerte en la Cruz, de ahí que posean entre su interesante patrimonio mueble dos Belenes y hasta cuatro imágenes de Cristo Crucificado, siendo una de ellas la que vamos a analizar a continuación.

 

 

Se trata de una pieza realizada en madera, de pequeño formato: 70 x 78 cm. Es un crucificado en forma de T; es decir, sus brazos se extienden en la cruz formando una línea recta. Su cuerpo es esbelto, con un estudio anatómico correcto, aunque sin mucho detalle, destacando la inflamación del tórax. Cubre su desnudez con un paño de pureza que se anuda a la derecha mientras que a la izquierda se pliega formando ondas.

Su rostro es alargado, presenta pómulos marcados, nariz aguileña, boca entreabierta y barba bífida. El pelo, formado por dos mechones en forma de espiral, cae por el cuello terminando en el pecho, así como por la espalda. La cabeza aparece coronada de espinas, talladas sobre la misma, en forma de ramas trenzadas, con clavos de metal que simulan las púas. Éstas se clavan en la frente de Jesús, levantando la epidermis.

El origen de la obra es incierto. En el archivo de la Santa Escuela no hay referencias a su llegada, y es tradición que fue regalo de un canónigo de la Catedral de Sevilla al ingresar en esta institución, venerándose en la actualidad en la sacristía del oratorio.

En cuanto a su cronología y posible autoría, a todas luces parece obra de finales del siglo XV, y por sus características podríamos atribuirla al círculo de Pedro Millán, incluso al mismo escultor, debido a las similitudes que presenta con otras obras suyas o próximas a él, caso de las siguientes:

 

- Tórax inflamado, como en el caso del Crucificado de los Corales (Monasterio de Santa Paula) y del Crucificado del Monasterio de Madre de Dios, ambos en Sevilla.

- Cuerpo estilizado con correcta anatomía, como presentan todas las obras de Pedro Millán que muestran al personaje desnudo.

- Corona de ramas trenzadas en la que las espinas se clavan bajo la piel de Cristo, lo cual según afirma el historiador Pérez-Embid (PÉREZ-EMBID Florentino: Pedro Millán y los Orígenes de la Escultura en Sevilla, p. 64, Madrid, 1973) puede considerarse la firma de Pedro Millán.

- Ojos y boca entreabiertos, como en todos los Cristos muertos de Pedro Millán.

 

Sin embargo, la barba, a pesar de estar partida en dos, como es costumbre en las obras de Millán, no presenta el detallismo en los rizos de la misma que habitualmente suelen tener sus efigies masculinas. Respecto a su estado de conservación, es medio, necesitando una exhaustiva limpieza y una consolidación de sus ensambles.

 

 

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