En la segunda quincena de junio de 1756 se recibe en el convento franciscano de Santa Ana del Monte de Jumilla (Murcia), de la Custodia de San Pascual Bailón, del Reino de Murcia, un rescripto a la atención del Padre Guardiola, guardián del Convento, en la que se enumeran las Indulgencias concedidas por el Nuncio Spínola en Madrid, Diócesis de Toledo, el 15 de junio de 1756. Entre ellas, figura una indulgencia de ochenta días para quién rezase un credo ante la imagen del Cristo Azotado ("ante imaginem Christi vapulati").

Este dato confirma que al menos a partir de la segunda quincena de julio de 1756 la imagen del Amarrado a la Columna, no solamente está realizada sino que ya se encuentra en el Convento. El Padre Riquelme atribuye al padre Manuel Guardiola la autoría del encargo y fecha éste alrededor de 1755 o como muy tarde a principios de 1756, según se recoge en sendas citas del Padre Francisco García de Haro, en cuyos folios 52 y 69 alude a la imagen, en éste último: "Año 1756. Siendo Guardián el P. Manuel Guardiola se trajo la imagen del santo Ecce Homo que costó 1500 rls. La hizo en Murcia D. Francisco Salzillo, célebre escultor, pero caro".

En 1848, la imagen es bajada del convento de Santa Ana para participar en los desfiles procesionales, siendo el corazón de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Lo verdaderamente importante de Francisco Salzillo fue sus dotes naturales, que por un lado, le permitieron realizar un ejercicio de síntesis de todo aquello que tuvo a su alcance y por otro, su innegable y maravilloso estudio de la naturaleza, de los modelos naturales; los supo dotar del dinamismo y la elegancia, de la expansión expresionista heredados del Barroco. Y a ello unió una técnica envidiable en el tratamiento de las carnaciones donde los planos se derraman con una plasticidad más cercana a lo pictórico que a las cualidades de la madera, plasticidad que no cabe duda le daba su dominio del barro, su trabajo anterior en el boceto, que elevaba su obra más allá del obrador al inventor de ideas, de imágenes. La mayoría de la obra de Salzillo es de un tamaño un poco más pequeño del natural, la obras intentan ser familiares, domésticas, más cercanas a lo privado que a la grandilocuencia de lo público, con un gusto menos ostentoso en las formas y en las actitudes, aunque preciosista en la emulación de una realidad vibrante, rica y suntuosa, que recala en los pequeños detalles.

En la capital de la Región de Murcia encontramos un bello Atado a la Columna del prolífico José Sánchez Lozano, natural de El Pilar de la Horadada (Alicante). Dicha obra, labrada en 1945, también es procesional y pertenece a la Hermandad del Perdón. Muy original es el Cristo de la Flagelación realizada por José Hernández Navarro en 1990 para el municipio murciano de Torres de Cotillas, con las manos esposadas al extremo superior de un rugoso leño, de ahí la forzada disposición de los brazos, poco frecuente en la imaginería española.