Los Evangelios no explicitan cómo era la columna a la que fue atado Jesús, ni el numero de verdugos que le azotaron, ni el de latigazos padecidos. Pensamos que la sobriedad en la narración puede deberse al buen conocimiento que los primeros cristianos tenían del suplicio. Padres de la Iglesia, santos, místicos y devotos, como San Buenaventura o Santa Brígida, describieron el martirio como si ellos mismos lo hubiesen presenciado y dieron detalles de interés que iban a ser definitorios a la hora de fijar la iconografía de la Flagelación.

En el Museo del Colegio del Corpus Christi de Valencia se conserva una pequeña escultura anónima, catalogada en el siglo XVII, que muestra a Cristo sin acompañantes, amarrado a una columna de tipología alta y con una encarnadura no demasiado prolija en heridas, por lo que expresa casi todo el dramatismo en el estremecedor semblante que dirige, tumefacto y dolorido, al cielo.

Pese a tratarse de una obra del Seiscientos, centuria en la que el Barroco alcanza en España su mayor esplendor, conserva resabios manieristas en su composición, directamente inspirada en una estampa de Durero, caso del uso de la columna de fuste alto y el detalle de representar a Cristo abrazado a la misma, propios de finales del Renacimiento, frente a etapas anteriores de dicho arte en las que abundan ejemplares con las manos amarradas atrás y, por tanto, de espaldas al soporte. Por otro lado, en el Barroco predomina la columna baja, buscando un mayor efectismo compositivo. Por todo ello, consideramos esta obra ejecutada en el primer tercio del siglo.

Jesús adelanta y flexiona la pierna izquierda. Muestra un buen trabajo anatómico, si bien la resolución de los brazos, cruzados y atados con gruesa soga, resulta un tanto artificiosa. La policromía de la columna imita el mármol, siendo su base dorada. Aparece partida en su extremo superior, no sabemos si de forma intencionada por el autor o debido a una pérdida. Las carnaciones del Varón, de estilizado rostro y barba y largo cabello pegado al cráneo, son morenas y están oscurecidas por el paso del tiempo. El abultado sudario, pintado de blanco, forma un nudo en el costado izquierdo y uno de sus extremos cae hasta la pantorrilla.

Dentro del ámbito de los desfiles penitenciales, nos encontramos con la imagen titular de la Cofradía de Jesús en la Columna del barrio valenciano del Cabanyal, labrado entre 1983 y 1984 por Carlos Román a imitación del famoso modelo de Gregorio Fernández (imagen inferior izquierda). Su policromía corrió a cargo de Francisco López. Bastante más interés tiene otra talla procesional de la localidad valenciana de Alzira, pieza también moderna, labrada en 1955 por el escultor, pintor y mosaiquista valenciano Vicente Rodilla Zanón, formado en la Escuela de Artes y Oficios de Melilla (imagen inferior derecha).