LA OBRA DE JUAN GONZÁLEZ MORENO (VIII)
CRISTO DE LA AGONÍA - CIEZA (MURCIA)

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

Considerado como una de las mejores obras de la primera etapa del escultor murciano, el Crucificado se halla representado vivo y suplicante en el madero. La cabeza aparece elevada hacia la derecha, en actitud de dirigirse al Padre para pronunciar sus últimas palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46).

Pese al trágico momento que escenifica, es un Cristo poco crispado que concentra todo el dramatismo en su conmovedor rostro y en las manos, éstas últimas clavadas por las palmas y con los dedos separados y en tensión. Los ojos, desencajados y ya apenas sin visión, miran hacia el infinito, lo que unido a los dialogantes labios refleja el ruego de Jesús al Padre para afrontar con fuerzas los últimos instantes del sacrificio.

El modelado del semblante, enmarcado por ondulada cabellera recogida hacia atrás y tocada con corona de espinas, se halla emparentado con el del sugestivo Cristo de la Mirada, de la Casa de Ejercicios Espirituales de la pedanía murciana de Guadalupe, aunque el historiador Enrique Centeno González también encuentra paralelismos con el del Nazareno del grupo escultórico de Las Hijas de Jerusalén que procesiona en la Semana Santa de Murcia. En todos estos casos vemos a un Varón bello de gran unción piadosa, rasgos hebreos y marcada expresividad.

Salvo la hinchazón del torso y la dureza del vientre, la elegante anatomía incurre bastante en la serenidad que ofrecen las hechuras de Cristo muerto llevadas a cabo por González Moreno. Su gubiado, perfectamente definido, queda reforzado por los intensos efectos de claroscuro y una policromía rica en matices que recrea con verismo los signos de la Pasión, aunque no en abundancia. Los pies, superpuestos y asidos al leño por un clavo, acusan la verticalidad de la silueta, aunque el suave arqueamiento de las piernas parece dirigido a suavizarla.

La imagen, una de las preferidas por su autor, cubre su desnudez con un paño policromado en tonos grisáceos que se pliega al centro y se anuda en el costado derecho. Carece de potencias y exorno alguno, y la corona, de rugosas ramas, ha sido tallada en el mismo bloque del cráneo.

Actualmente, se halla expuesta en la muestra Mirarán al que Traspasaron, que permanecerá abierta en el Museo de Siyasa de Cieza hasta el próximo 10 de febrero. La exposición, que constituye, en palabras de sus responsables, una reflexión sobre la evolución del arte sacro en casi toda la geografía española, tiene en esta pieza uno de sus reclamos más interesantes.

 

Fotografía del catálogo de la exposición Mirarán al que Traspasaron

Anterior Entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com