EL ENCANTO DE LO INACABADO - ARTES SACRAS (III)
ADORACIÓN DE LOS MAGOS
19/06/2021
En 1481 el monasterio florentino de San Donato a Scopeto encargó a Leonardo da Vinci una Adoración de los Magos con destino al altar mayor de su iglesia a terminar en dos años. El artista estudió la composición en profundidad, realizando varios bocetos. Sin embargo, al año siguiente se trasladó a Milán al servicio de Ludovico el Moro, dejando la obra inconclusa. Quince años más tarde, seguros ya los monjes agustinos de que el genio de Vinci no acabaría el trabajo, le reemplazaron por Filippino Lippi, cuyo retablo del mismo tema se conserva actualmente, al igual que el de Leonardo, en la Galería de los Uffizi. El tema fue uno de los más frecuentes del arte florentino del siglo XV, ya que permitió la inserción de personajes populares que celebraban el encargo de los poderosos mecenas. Además, todos los años, con motivo de la Epifanía, se celebraba una procesión que recordaba este pasaje evangélico por las calles de la ciudad. Partiendo de la "Adoración de los Magos" pintada por Botticelli, Leonardo revolucionó el tema tanto en la iconografía como en el escenario compositivo piramidal con la figura de María como punto de encuentro del episodio, centrándolo en el momento en que el Niño Jesús, haciendo un gesto de bendición, revela a los asistentes su naturaleza divina como portadora de la salvación humana, de acuerdo con el significado original de "epifanía" ("manifestación"). Esto queda patente en la reacción de los transeúntes, atrapados en un torbellino de gestos, actitudes y expresiones de sorpresa y desconcierto, en lugar de la tradicional compostura de unos personajes que solían lucir ricos y exóticos detalles. El resultado es una escena extremadamente moderna y dinámica, modelo para muchas posteriores, donde solo las figuras del primer plano son relativamente estáticas, con un estudio intenso de los movimientos del alma y de las manifestaciones corporales. Frente a las críticas de Leonardo, que en parte también sufrió Miguel Ángel, sobre las numerosas obras que dejó sin terminar por culpa de su inestabilidad emocional y por usar unos métodos científicos que carecían de una estructura lógica, expertos como Jaspers niegan rotundamente lo anterior basándose en la persistencia y la meticulosidad demostradas en sus obras terminadas, así como en el hecho de que abandonaba temporalmente sus obras a la búsqueda de nuevos elementos de lo representado, siempre con el propósito de retomarlas. De las muy escasas obras sacras de Leonardo, más de la mitad están consideradas inacabadas. Pesquero habla de tres motivos distintos por los que no las finalizó, todos en su opinión intencionados y conscientes, aunque según cada pintura el motivo cambia: las inacabadas por su prolongada gestación, las inacabadas por opción estética personal y las inacabadas por motivos ético-existenciales, entre las que se encuentra la Adoración de los Magos, cuyo tema es la Epifanía, es decir la instauración del reino de Dios, un hecho histórico y universal que solo finalizará cuando llegue el fin de los tiempos con su "parusía". Pesquero añade también otra explicación de tipo ético en el caso del "non finito" de la Adoración de los Magos y el "San Jerónimo" (imagen inferior), obras ambas con las que no ganó dinero y que quedaron en su poder. Dicha explicación se fundamenta en las propias palabras del pintor, que apostó por el honor y la dignidad del arte por encima del lucro, y porque la obra, en primer lugar, debía mostrar la intención del artista y la idea concebida por su imaginación. Por tanto, Leonardo decidió que esos dos cuadros, en el estado de ejecución en que estaban, "mostraban al ojo del espectador su intención", de ahí que Leonardo fuera irreductible en no querer terminar la Adoración de los Magos y el "San Jerónimo" conforme querían sus clientes. La Adoración de los Magos fue intervenida entre los años 2011 y 2017 por el Opificio delle Pietre Dure (Florencia) en una de las operaciones de restauración más importantes jamás completadas en Italia. Dicha restauración permitió redescubrir una obra maestra extraordinaria de innovación e invención, con ideas pictóricas que nadie había podido ver durante siglos y que Leonardo desarrollaría en obras posteriores, desde los estudios realizados para la "Batalla de Anghiari" hasta la espectacular "Virgen de las Rocas". Lo inacabado parece ser un rasgo peculiar de casi todas las obras de Leonardo da Vinci y de parte de las de Miguel Ángel, como hemos visto en la anterior entrega. La razón más plausible es que, según Leonardo, la mano no podía seguir a la mente, ya que ésta era más fértil y rápida en el proceso del pensamiento. Al respecto, Giorgio Vasari, en sus escritos dedicados a Leonardo da Vinci dentro de sus famosas "Vidas", afirmó que "Se encuentra que Leonardo para la inteligencia del arte comienza muchas cosas que nunca termina, pareciéndole que la mano no podía añadir más perfección a las cosas, que imaginaba, con esto, ideaba tales dificultades, que con las manos, aunque ellas fueran muy excelentes, no sabrían expresarlo nunca". |
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