La efigie pertenece al ámbito de las procesiones de Semana Santa y es titular de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Dolor y Sacrificio. La titular mariana, obra de la segunda mitad del XVIII, fue intervenida por Buiza en 1978, el mismo año de la ejecución de la imagen del Cautivo.

Labrado en madera de pino de Flandes, con una altura de 170 cm, el Cautivo pertenece también a la etapa dorada del autor, en la que también se situarían otras piezas como la Dolorosa de la Trinidad, de Cádiz (1967); el Cristo crucificado del convento santanderino de las Madres Oblatas (1970); el Cristo Yacente, de la localidad sevillana de Coria del Río (1972); el Cristo del Perdón, de Las Palmas de Gran Canaria (1978), y el grupo escultórico del Tránsito de San Juan de Dios que se conserva en el palacio granadino de los Pisa (1982).

De inconfundible sello mesino, la imagen de El Puerto de Santa María es una talla completa, de gran expresividad, que representa a Jesús maniatado y abandonado por sus discípulos, instantes después de ser apresado por la soldadesca en el Huerto de los Olivos.

Su cofradía se caracteriza por un riguroso orden y silencio. Los hermanos no usan capirote sino una especie de velo que cae hacia atrás, haciendo desfilar a los titulares sobre andas cargadas desde fuera, turnándose en el transporte y apoyados sobre cayados que hacen sonar rítmicamente.

Con motivo de los 50 años de la cofradía, se editó un libro cuya presentación tuvo lugar el 27 de junio de 2008 en el salón de actos del Edificio San Luis de El Puerto de Santa María. Los autores del libro -Juan Beuzón Zarzuela y Francisco González Luque-, que recoge una amplia información fotográfica y documental sobre la talla, cedieron los derechos de autor a beneficio del Asilo de Ancianos de Las Banderas.