MES DE JUNIO 2013 - FIDES SANCTI REGNI
ORACIÓN EN EL HUERTO
Sergio Cabaco, Jesús Abades y José Guillermo Rodríguez Escudero. Fotografía de Pedro Pérez Montoro
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En 1971 el escultor sevillano Juan Abascal Fuentes reemplazó la cabeza de una imagen de Jesús Orando en el Huerto, de escuela valenciana y autoría anónima, fechada en 1918. El resultado es un magnífico simulacro que representa la Agonía de Cristo en el Huerto de los Olivos, perteneciente a la procesión del Domingo de Ramos de la Primitiva Congregación del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, con sede en la Basílica-Santuario de Nuestra Señora de la Capilla y Sacra Iglesia Parroquial de San Ildefonso. Dos años antes, Juan Abascal talló para la Semana Santa de la ciudad canaria de Santa Cruz de La Palma la desgarrada hechura del Señor Orante, de la que el Cristo jiennense resulta su versión mesurada con el fin de adaptarla a la dulcificada estética de las procesiones andaluzas; ambas obras, no obstante, como relata el investigador palmero José Guillermo Rodríguez Escudero, muestran a un Varón angustiado, pesaroso, desvalido y solo, arrodillado con los brazos caídos y las palmas de sus manos en posición de súplica. Alzan su rostro implorante hacia el cielo, cargado de gran emotividad, y dirige la mirada hacia el lugar señalado por el Ángel Confortador, en busca de consuelo para sus tormentos. El conjunto escultórico original de Jaén, titulado de la Santa Agonía, se inspira en el consagrado modelo que el escultor murciano Francisco Salzillo y Alcaraz labró en 1754 para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia, de airosos volúmenes y gran nobleza en su modelado. El angustiado semblante de Jesús muestra los ojos y las pestañas pintados en la madera, el entrecejo fruncido en señal de profunda consternación, la nariz de tipo hebraico y los labios abiertos e implorantes, mostrando claramente los dientes superiores tallados. El largo cabello, oscuro y ondulado al igual que la bífida barba, cae hacia la espalda, dejando descubiertas ambas orejas. Los brazos, como hemos apuntado, aparecen extendidos, en actitud de súplica, con las manos abiertas en señal de entrega al sacrificio que le aguarda. Es imagen de talla completa para vestir. Normalmente se encuentra revestida con túnica y mantolín de ricos tejidos. Además del Ángel Confortador, llamado Egudiel, se halla acompañada en el paso por las figuras de los apóstoles Juan y Pedro dormidos bajo el olivo que remata la escena, obras del artista jiennense Fernando Baldoy. El paso, de estilo neobarroco, fue tallado en el obrador del malagueño Francisco Palma Burgos. |
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