MES DE JUNIO
CRISTO DE CARRIZO

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 
 

 

Junto con el Crucificado de Don Fernando y Doña Sancha, conservado actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, constituyen las primeras imágenes de bulto redondo realizadas en España que representan a Jesús en la Cruz. Ambas comparten morfología, procedencia, el material de marfil y las dimensiones académicas. Del Crucifijo madrileño, además, se conoce su donación a San Isidoro de León en el año 1063.

La concepción románica del Crucificado, heredada de la plástica bizantina, nos muestra a un Cristo Majestad más preocupado por transmitir al fiel su actitud heroica ante los tormentos, consecuencia de su condición divina, que los sufrimientos derivados de su naturaleza humana. El Varón, vivo y de expresión hierática, figura normalmente sobre un madero de sección plana, cubierta su desnudez por un largo perizoma que llega hasta las rodillas y fijado a la cruz por cuatro clavos, tal y como podemos observar en la imagen que analizamos. También suele ser representado El Redentor vestido con larga túnica y tocado con corona real.

El Cristo de Carrizo, conservado hoy en día en el Museo de León, posee ojos grandes de azabache, largo cabello labrado a través de simétricas guedejas, brazos dispuestos horizontalmente y esquemática anatomía, caracteres todos ellos también comunes de las creaciones del periodo. Al igual que el Cristo de Don Fernando y Doña Sancha, procede de los mismos talleres leoneses de eboraria, promovidos por el rey Fernando I.

 

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