En el arte sacro, la denominación de Calvario suele hacer referencia a la representación plástica de los diversos momentos del sacrificio del Redentor en el Gólgota. La recreación escultórica más habitual del tema muestra un grupo escultórico en torno a la figura del Crucificado, compuesto por la Virgen María, que aparece en actitud recogida o declamatoria; San Juan Evangelista y María Magdalena, a veces de rodillas y aferrada al madero.

La obra que estudiamos en este capítulo pertenece a las composiciones popularmentes conocidas como Stabat Mater, en alusión a la endecha medieval escrita por Jacopone di Todi: "Stabat Mater Dolorosa / juxta crucem lacrimosa / dum pendebat Filius". En ellas el número de personajes se reduce a las imágenes de Cristo muerto en la cruz y la Mater Dolorosa a sus pies, que en este caso aparece recreada como un busto modelado hasta la altura de las caderas y con las manos entrecruzadas en actitud de oración.

Tan interesante y desconocida obra se conserva en la Parroquia de San Andrés de L'Alcúdia. Está catalogada como pieza del XVII; sin embargo, nosotros adelantamos su ejecución a la centuria posterior, tanto por las depuradas formas de Jesús, no ajenas al academicismo de artistas como Luis Salvador Carmona, como por los rasgos de la talla mariana, a medio camino entre la corriente academicista y la estética preciosista del rococó.