MATER DOLOROSA - JOSÉ MONTES DE OCA
VIRGEN DE LOS DOLORES (ÉCIJA)

30/09/2022


 

 

No queríamos terminar este especial sin insistir en los lamentables retoques practicados en numerosas dolorosas de José Montes de Oca a lo largo del siglo XX -como hemos podido observar en varias entregas-, con el fin, en la mayoría de los casos, de dulcificar sus rasgos y alterar así la que, hoy día, es una seña de identidad muy admirada por los artistas coetáneos: el rostro intensamente dolorido, donde el mismo ceño fruncido y la boca entreabierta enmarcan un rictus severo de aflicción sin perder la madura belleza de sus rasgos.

A lo anterior queremos añadir un buen número de pérdidas sufridas a lo largo del tiempo por diversos avatares, caso de las mencionadas dolorosas de Aracena -destruida por un incendio en 1795; según la tradición, provocado por un rayo que cayó en su iglesia del castillo- y de El Cerro de Andévalo -desaparecida en 1936 como consecuencia de la Guerra Civil española-, ambas en la provincia de Huelva.

También en la contienda civil se perdieron otras dolorosas atribuidas a Montes de Oca. Es el caso de Nuestra Señora de los Dolores del Convento del Espíritu Santo de Triana -identificada con la antigua dolorosa de las Angustias, titular de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla-; de Nuestra Señora de los Dolores, de los Servitas de Pozoblanco (Córdoba), o de María Santísima de la Amargura -la antigua titular de la Hermandad del Nazareno de Huelva-. Estas dos últimas han sido recientemente relacionadas con el escultor. Debemos señalar que la Virgen de la Amargura sufrió cambios en policromía y manos antes de su destrucción.

El fuego, pero esta vez fortuito, provocó la pérdida de Nuestra Señora del Mayor, titular de la Hermandad de las Aguas (Sevilla), en el templo trianero de San Jacinto. Muy singular, a la vez que deplorable, es el caso de María Santísima de la Paciencia, dolorosa titular de la Hermandad de la Columna (Carmona), que tras ser sustituida por la actual de Francisco Buiza, quedó desmochada y solo subsiste, con daños, su mascarilla.

Afortunadamente, además de las comentadas en el especial, se conservan otras dolorosas del artista como Nuestra Señora de los Dolores, titular de la hermandad carmonense de la Humildad y Paciencia -que aunque restaurada por Rivero-Carrera en 1969, denota haber sufrido varias intervenciones con anterioridad- o la obra que nos ocupa, titular en Écija de la Real Hermandad y Archicofradía de Nazarenos de la Coronación de Espinas de Nuestro Señor Jesucristo, San Marcos, San Roque, Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora de los Dolores, Sagrado Corazón de Jesús y San Juan de Dios (Hermandad de San Gil).

Es curioso que la Virgen de los Dolores de Écija -no confundir con la homónima que venera en dicha localidad la Hermandad de la Expiración, analizada en el octavo capítulo del especial- siga pasando tan desapercibida por buena parte de la historiografía, sobre todo tratándose de una pieza tan interesante, bien conservada y muy representativa del estilo de Montes de Oca. De hecho, pese a que fue atribuida por Antonio Torrejón en su monografía, sigue siendo descrita como una obra sevillana anónima tallada en torno a 1700.

Al igual que la dolorosa ecijana de la Expiración, esta imagen mariana del templo de San Gil, fechada hace poco en 1714 por Ramsés Torres García -varias de las valiosas piezas de orfebrería que luce fueron labradas en Écija y datan de un año antes-, mira hacia arriba con gran expresividad, sugiriendo la contemplación de Cristo crucificado. Los grafismos de Montes de Oca son claramente reconocibles en su fisonomía, siendo evidente su parecido con otras piezas del escultor sobre el tema como la Virgen de las Angustias de Alcalá del Río.

Consta que fue intervenida en 1985 por Luis Álvarez Duarte. En 2013 la restauró Sergio Saldaña Jiménez con el fin de eliminar suciedad generalizada por oxidación de barnices, retoques de color y un repinte generalizado a modo de veladura; consolidar ensambles; eliminar elementos metálicos; restañar fisuras y grietas por dilatación de la madera; sustituir los sistemas de sujeción inadecuados de los elementos de orfebrería; reintegrar lagunas y erosiones de policromía y aparejos por alfileres de vestir, roces o pequeños golpes, y colocar candeleros y brazos para reemplazar unos anteriores de escasa calidad y estabilidad que, además, no eran los originales.

 

 

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FUENTES

https://www.lahornacina.com/semblanzasmontesdeoca.htm

https://www.lahornacina.com/dossierhuelva2.htm

DÁVILA-ARMERO DEL ARENAL, Álvaro. "Una revisión bibliográfica acerca de la vida y obra del escultor José Montes de Oca", artículo publicado en Laboratorio de Arte, nº 18, Universidad de Sevilla, 2005, pp. 269 y 274.

TORREJÓN DÍAZ, Antonio. El escultor José Montes de Oca, nº 46 de la colección Arte Hispalense, Diputación de Sevilla, 1987, p. 60. 

TORRES GARCÍA, Ramsés. La Virgen de las Angustias de Alcalá del Río, Hermandad de la Vera-Cruz de Alcalá del Río, 2016, pp. 86-92.

"Restauración de Nuestra Señora de los Dolores", en Boletín Informativo de la Hermandad Sacramental y Real Archicofradía de San Gil, año XXVI, nº 28, Écija, Hermandad de San Gil, Cuaresma de 2013, p. 13.

 

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