MATER DOLOROSA - GABRIEL DE ASTORGA
VIRGEN DE LA SOLEDAD (SEVILLA)

15/09/2023


 

 

Es sin duda la creación más popular, y una de las mejores, de Gabriel de Astorga. La Virgen es titular de la Real, Ilustre y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cruz en el Monte Calvario, Santísimo Cristo de la Salvación y Nuestra Señora de la Soledad (Sevilla).

Fue tallada por el artista en 1851 y su aspecto se encuentra muy alterado desde entonces, debido sobre todo a las intervenciones practicadas por los imagineros Sebastián Santos Rojas (1954) y Manuel Domínguez Rodríguez (1967). El primero le retalló el cuello y modificó su posición para transformarla en imagen estante, mientras que el segundo le hizo nuevo candelero y juego de manos.

Hasta que fue intervenida por Santos, este piadoso simulacro, que procesionada cada Viernes Santo desde la Iglesia Conventual de San Buenaventura -de ahí que la hermandad y la propia imagen sean conocidas con el apodo de "Soledad de San Buenaventura"- figuraba arrodillado al pie del arbóreo madero -copia de la primitiva Cruz de Caño Quebrado que se conserva en la iglesia de la Fraternidad Franciscana, primera titular y origen de la actual corporación- el cual conserva la sábana y las escaleras con las que ha sido descendido Jesús.

Representa a María sola en el monte Calvario, después de haber enterrado a Cristo. Al igual que su padre, el autor se especializó en la talla de imágenes marianas; sin embargo, su estilo inmerso dentro del eclecticismo, en palabras del historiador Jorge Bernales Ballesteros, nos ofrece vírgenes más maduras y abundantes en carnes que las de su progenitor. En el caso de dolorosas como la que nos ocupa, el sufrimiento se interioriza y se agudiza el rictus de dolor con detalles como un mayor fruncimiento de las cejas que en las creaciones de Juan de Astorga.

El busto posee un blando modelado, nacaradas carnaciones, grandes ojos de pasta vítrea, perfil clásico, cuello ancho y suavemente anatomizado, pestañas pintadas en los párpados inferiores y carnosos labios entreabiertos que muestran claramente los dientes superiores tallados. En su mascarilla lleva de postizos seis lágrimas de cristal, tres en cada mejilla, y pestañas de pelo natural en los párpados superiores. La cabeza aparece ladeada hacia la izquierda, con la mirada dirigida al cielo, buscando el consuelo de Dios Padre para mitigar su aflicción.

La altura total de la efigie es de 183 cm, siendo una de las imágenes marianas de mayor tamaño de la Semana Santa de Sevilla. Respecto a sus manos, se hallan extendidas sobre el pecho -las antiguas tenían los dedos entrecruzados-, normalmente portando los atributos del manípulo, la corona de espinas y la rosa de pasión.

Tras serle detectada varias deficiencias que requerían una urgente intervención, en 2013 la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura aprueba la restauración de la dolorosa, encomendando al profesor y restaurador Pedro Manzano la ejecución de unos trabajos consistentes, principalmente, en la desinsectación por plaga de insectos xilófagos, limpieza de la policromía, y ejecución de un nuevo candelero y articulaciones en los brazos.

Procede mencionar su icónico paso procesional en madera de caoba, una magnífica obra neorrenacentista de Manuel Guzmán Bejarano y Luis Jiménez Espinosa (1957), con apliques, cartelas y figuras en plata de ley iniciados por el orfebre cordobés Emilio García Armenta y concluidos por Manuel Domínguez Rodríguez (1976), siendo la capilla central de Manuel de los Ríos (1992) bajo diseño de Francisco Berlanga de Ávila. Iluminado por candelabros de guardabrisas, destaca también la presencia en el mismo de querubines tallados por el escultor Rafael Barbero Medina.

 

 

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Fotos: Hermandad de la Soledad de San Buenaventura (Sevilla)

 

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