La actual imagen de la Virgen de la Antigua sustituyó en 1903 a otra talla mariana anterior. De la efigie primitiva sabemos, gracias a las notas del investigador local Marcelo del Río, que era una imagen de candelero de rasgos goticistas, en la que el uso continuado del rostrillo había causado daños en la encarnadura.

La actual es de madera tallada y policromada de bulto redondo, de las denominadas de candelero para vestir, por lo que solo tiene tallados el busto y las manos. Presenta un tanto alargado el óvalo facial, al igual que la nariz recta, ojos almendrados con largas pestañas postizas, cejas rectas y bastante alargadas, labios finos y cerrados, cabellera tallada con raya en el centro desde la que se distribuyen en ondas los cabellos y largas guedejas sobre los pabellones auditivos, que, sin embargo, dejan al descubierto el lóbulo para la colocación de pendientes, quedando recogido el cabello en la zona de la nuca con un elegante moño o rodete. En cuanto a la policromía presenta la original, muy clara en rostro y manos con tonalidades sonrosadas en las mejillas y párpados.

Gracias a estos rasgos, la historiografía artística ha venido vinculando la ejecución de la talla a Gabriel de Astorga. El historiador Reyes de la Carrera ratifica dicha atribución por el notable parecido que presenta la Virgen de la Antigua de Olivares con otras tallas documentadas y atribuidas al escultor, caso de la Virgen de las Angustias de la Cofradía de la Flagelación de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife).

Para corroborar la autoría de Gabriel de Astorga sobre la imagen, se conservan una Inmaculada Concepción en la Colegiata de Olivares firmada y fechada en el talle en 1854, año de la definición dogmática inmaculista, y también la Hermandad de la Vera Cruz, de la que la Virgen de la Antigua es la dolorosa titular, posee un Niño Jesús que Reyes de la Carrera ha atribuido a su quehacer, por lo que quedan constatados algunos encargos desde la localidad sevillana de Olivares al imaginero decimonónico.

Sus realizaciones escultóricas se han encuadrado dentro de un eclecticismo neoclásico y tardorromántico, apreciándose en la Virgen de la Antigua unos rasgos afines a la escultura neoclásica de la época, puesto que tanto su perfil como la manera de disponer el cabello antes referida, pensamos que puede derivar de la escultura marmórea helenística. Por su formación académica, Gabriel debía conocer bien este tipo de escultura.

Solo consta que haya sufrido una restauración. La misma tuvo lugar en 2004, en dependencias propias de la Hermandad de la Vera Cruz, y fue llevada a cabo con criterios científicos por la restauradora Cinta Rubio, quien dos años antes había restaurado la otra imagen titular de la Hermandad de la Vera Cruz, el Cristo de la Salud, en las instalaciones del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). La restauración consistió en una limpieza general de la policromía original, subsanando algunos alfilerazos propios en las esculturas de candelero para vestir y roces en la zona izquierda del cuello, debido con toda seguridad al uso de grandes zarcillos en las distintas procesiones, puesto que la estabilidad de la talla no corría peligro.