Esta obra fue puesta en valor en 2020 con motivo de la exposición Obras maestras de la colección Valdés del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que exhibió dos magistrales ejemplos de escultura a través de una pareja de tallas policromadas del Ecce Homo y la Dolorosa realizada por el escultor granadino Pedro de Mena, que el coleccionista de arte Félix Fernández-Valdés dispuso en la capilla del domicilio de Bilbao donde vivió desde 1920 hasta su fallecimiento en 1976.

La muestra reunía obras que en su día pertenecieron a dicha colección, una de las mejores de su tiempo, hoy dispersa. Según la comisaria Pilar Silva Maroto, Valdés logró reunir una colección muy importante en su casa del n º 15 de la Gran Vía bilbaína, un verdadero museo en el que no solo había pintura, sino también esculturas y artes decorativas. En muchos casos las obras que reunía la muestra eran inéditas, poco conocidas o nunca expuestas al público hasta la fecha. Las obras procedían en buena medida de los herederos de Valdés, pero también de otras colecciones privadas -Abelló, Arango, Botí- o públicas como el Museo del Prado de Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Valencia (MuBAV) o el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

De este modo, Obras maestras de la colección Valdés reconstruía una de las colecciones privadas más importantes de la segunda mitad del pasado siglo XX, cuya relevancia es bien conocida por los historiadores del arte. Sin embargo, y a pesar de la ejemplar labor coleccionista de su propietario, de la gran calidad del conjunto que logró reunir y de la trascendencia que sus obras tuvieron en otras colecciones públicas y privadas tras su dispersión, hasta la celebración de dicha exposición no había sido estudiada en profundidad.

En una conferencia ofrecida con motivo de la inauguración de la muestra, la historiadora Silva Maroto comentó que las piezas, compradas por Valdés en 1939, justo después de la Guerra Civil, procedían del convento madrileño de las mercedarias, titulado de Nuestra Señora de la Concepción aunque es más conocido por el convento de Don Juan de Alarcón porque así se llamaba el sacerdote que lo fundó.

Afirma Silva Maroto que la pareja del Ecce Homo y la Dolorosa, realizada por Mena en 1673, de enorme calidad artística, se daba por perdida porque el coleccionista vasco la compró con tanto misterio que las monjas ocultaron durante mucho tiempo que la habían vendido, y al morir Valdés la dejó en su testamento con una donación y nadie sabía dónde estaban las obras, de ahí que se dieran por desaparecidas; finalmente, María de los Ángeles Curros Ares, una de las monjas de Don Juan de Alarcón, escribió un pequeño librito en el que contaba que habían vendido los bustos en 1939 y que durante cuarenta años habían dicho que se habían perdido. El librito en cuestión lleva por título "Mercedarias de Alarcón" y salió publicado en 1981, cinco años después de la muerte de Valdés.