La imagen primitiva, anónima del siglo XVII, era de candelero para vestir y poseía únicamente tallados cabeza, manos y pies. Al quedar destruida en 1936, el escultor valenciano José Capuz Mamano realiza una nueva obra en madera de nogal, basada en la anterior, que contrata en 1939 y finaliza al año siguiente. Logró salvarse de la contienda la espléndida corona dieciochesca en oro y pedrería, que fue adaptada a la pieza moderna.

Patrona de la localidad de Elche (Alicante), donde es familiarmente conocida como la Mare de Déu de l'Assumpció, la obra mide 165 cm de altura y su cuerpo lígneo se halla recubierto con panes de plata, a excepción de la cabeza, los pies calzados con sandalias y los brazos articulados que surgen de los ricos ropajes de tejido natural con los que es revestida. Las manos, de tipo tenedor, se encuentran muy juntas, y las singulares facciones de la imagen delatan un gesto de estupor.

Esta efigie mariana preside una popular representación teatral llamada El Misteri d'Elx (El Misterio de Elche), que data aproximadamente del año 1370 y en la que los días 14 y 15 de agosto de cada año se escenifica la Muerte, Asunción y Coronación de la Virgen María. A tal efecto, José Capuz realizó también una mascarilla con los ojos cerrados para los momentos en que la figura es representada yacente durante la ceremonia.