MAYO MARIANO - LA PIEDAD DEL MOLINILLO DE MÁLAGA
Sergio Cabaco
El autor de la obra, Francisco Palma Burgos, utilizó el molde que su padre, Francisco Palma García, había creado en el año 1928 para labrar la primitiva imagen, destruida en 1931 y de la que sólo se conserva el brazo derecho de Cristo, logrando una copia exacta de la misma.
El grupo escultórico data de 1941, se halla labrado en un solo bloque y es de talla completa, presentando las vestiduras de la Dolorosa (túnica, toca y manto) esculpidas en la misma madera. Ambas imágenes, que procesionan el Viernes Santo malagueño, presentan los ojos y las pestañas pintados en la madera y carecen de exorno alguno.
La madura Dolorosa, que no lleva lágrimas, inclina la cabeza y dirige la afligida mirada hacia el cadáver de Jesús, mostrando gran entereza en su dolor. Los carnosos labios de María se hallan cerrados, mientras que la laxitud del cuerpo de Cristo provoca que los suyos aparezcan entreabiertos, dejando ver la dentadura tallada. La mano derecha de la Madre sostiene la cabeza del Hijo, cuyos brazos aparecen desplomados hacia el suelo, sosteniendo la efigie mariana el derecho con su mano izquierda.
Respecto a la efigie del Varón, presenta una complexión fuerte y proporcionada, con gran detallismo en la representación de músculos y tendones, muy contraídos en algunos casos por las complicada postura que adopta al tenerlo la Madre en su regazo. Al hallarse la Virgen postrada de hinojos, la mitad superior de la inerte figura de Jesús reposa sobre su rodilla derecha.
Las carnaciones de ambas figuras son aceitunadas, con escasos regueros de sangre en el Cristo y ofreciendo matices más palidos en el caso de María, cuyas vestiduras han sido pinceladas en tonos fríos y monócromos a excepción de la toca, que imita un tejido hebreo.
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