Pese a haber sido realizada en los famosos Talleres de Arte Cristiano del municipio gerundense de Olot, no se trata de una obra seriada, sino del modelo escultórico a partir del cual se fabricaron multitud de copias en yeso y cola fuerte, sobre una base de celulosa, que procesionan o procesionaron en lugares tan variopintos como Cáceres, Cartagena (Murcia), San Roque (Cádiz), Logroño o Girona.

En el caso de Cartagena, según cuenta Diego Ortiz Martínez en su obra La Semana Santa de Cartagena a través de sus imágenes desaparecidas, la construcción en 1893 de la iglesia de la Virgen de la Caridad, patrona de la ciudad, propicia el ánimo de procesionar este pasaje mariano en la Cofradía Marraja. Tras procesionar en tres ocasiones una Piedad particular del escultor murciano Francisco Sánchez Araciel, la hermandad encargó en 1916 un nuevo grupo de la Piedad a los talleres de Olot, siendo reemplazado en 1925 por el actual de Capuz.

El autor del molde o modelo original en madera policromada es Miquel Blay i Fàbregas (1866-1936), nacido en Olot y formado artísticamente tanto en su localidad natal, como en Roma y París, ciudad a la que se trasladó en 1888 para recibir la influencia de escultores como Rodin en su modelado.

Artista de gran prestigio en su momento, Blay fue merecedor de la Primera Medalla en la Exposición Nacional de 1892 y de los nombramientos de Académico de Bellas Artes y Director de la Academia de España en Roma. Su obra, distinguida con una exposición antológica celebrada en el año 2000 en el Museo Comarcal de la Garrotxa de Olot, se distingue por su fuerza expresiva y su dominio del dibujo y la técnica escultórica.

La Piedad, una de sus creaciones religiosas más populares, es obra juvenil, realizada probablemente antes de su estancia parisina y adscrita, por tanto, a su primera etapa realista siguiendo la tradición del XIX, lejos aún de sus experiencias en las nuevas tendencias del periodo, caso del modernismo o el idealismo simbolista.