La devoción a la Divina Pastora en Jerez de la Frontera se remonta al año 1713, fecha en la que Fray Isidoro de Sevilla funda una capilla con esta advocación en la Iglesia de San Dionisio, erigiéndose una cofradía en torno suyo que debió extinguirse a principios del siglo XIX.

La imagen a la que actualmente rinde pleitesía el Grupo de Devotos de la Divina Pastora de San Dionisio parece corresponderse con la primitiva talla que Fray Isidoro de Sevilla trajo a Jerez en 1713. Otros autores consideran que fue Fray Pablo de Cádiz quien la llevó a Jerez desde la capital hispalense.

La efigie es de vestir, se encuentra en actitud sedente, sujetando el cayado con la mano izquierda, y posee larga peluca de cabellos negros. Se atribuye al escultor utrerano Francisco Antonio Ruiz Gijón, autor de la Divina Pastora de Santa Marina (Sevilla), de cuyo prototipo deriva directamente el jerezano, aunque hoy en día su aspecto se encuentra sensiblemente alterado debido a las restauraciones, destacando la efectuada por José Guerra Carretero.

Con motivo de las obras en San Dionisio, que durarán hasta el próximo mes de diciembre, la Divina Pastora se encuentra recibiendo culto en la sacristía del templo. Es intención de su grupo de devotos, formado por jóvenes miembros de la cofradía jerezana del Mayor Dolor, reorganizar la mencionada corporación extinta en el siglo XIX.

En las fotografías, la imagen puede verse ya arreglada para presidir, el próximo domingo 25 de mayo de 2008, un altar con motivo de la Procesión del Corpus Christi en Jerez de la Frontera.