La imagen, titulada Divina Pastora del Dulce Nombre, ha sido realizada para un oratorio privado de Jaén por el escultor e imaginero Antonio José Martínez Rodríguez (Beas de Segura, 1971), uno de los artistas mejor valorados actualmente dentro del ámbito español de la escultura sacra.

El simulacro, de vestir, se aparta de la iconografía pastoreña tradicional, hasta el punto de que si no fuera por el tocado pastoril de la Señora y el cayado apoyado sobre su hombro derecho, podríamos pensar que no nos encontramos ante una nueva versión del tema mariano instaurado por Fray Isidoro de Sevilla.

En este caso, María aparece de pie, no sentada como es habitual, y representando su papel de Madre protectora del pequeño Jesús, al cual contempla atentamente y sujeta con ambas manos. La escena, maternal y doméstica, prescinde de la presencia de los corderos y el ambiente bucólico que caracteriza estas creaciones. El Niño, también de pie, se sitúa frente a la Virgen y con su gesto parece llamar la atención del espectador.

El arte de Martínez Rodríguez continúa la tradición clásica de la imaginería, mostrando hasta el momento un estilo que se mueve entre diversas corrientes escultóricas. Varias de sus piezas, como la que hoy les presentamos, ofrecen un notable acabado y un insistente empeño por el naturalismo y la plasmación de los más nimios detalles, aunque sin caer en la superficialidad al estar dotadas de un destacado cariz místico y emocional.