La imagen, en origen una talla completa del siglo XVI, fue mutilada a principios del XVII para ser recubierta con ricas vestiduras naturales. Ha sido también repolicromada en varias ocasiones.

Pese a ello, conserva el estofado de la túnica y la nube con querubines que le sirve de escabel, así como cierta arrogancia y estatismo propios del Quinientos. El Niño, de carácter deífico y cuya hechura se relaciona con el arte del escultor granadino José Risueño, no se corresponde con el primitivo.

La venerada imagen es patrona de Lucena (Córdoba) y de todo el campo andaluz. En su honor se celebran, desde el penúltimo domingo de abril hasta el primer domingo de junio, las llamadas Fiestas Aracelitanas, instituidas desde que se erigió la cofradía, el 20 de abril de 1563, un año después de ser traída de Roma.

La Virgen de Araceli, de la que se han hecho numerosas copias para sus hermandades filiales, colecciones particulares, etcétera, fue también distinguida con el rango de la Coronación Canónica en 1948.