Patrona de Málaga desde 1867, fue realizada por manos anónimas entre los años 1485 y 1499. Representa a la Virgen sedente con el Niño sobre sus rodillas, sosteniendo el cetro de su realeza en la mano derecha.

Recientes investigaciones apuntan una posible procedencia de la Escuela de Flandes, ya que fue regalada por Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, a los Reyes Católicos, quienes, según la tradición, la llevaban cuando conquistaron la ciudad en 1487.

Labrada en madera de álamo, en origen era una pieza hueca con el dorso sin labrar, colocándosele posteriormente una tapa en su reverso, modelada en madera de caoba y telas encoladas, y una peña a modo de peana. La policromía actual data del siglo XVIII, aunque en algunas zonas conserva la primitiva.

La última restauración (1995-1996) corrió a cargo de los profesionales del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), quienes repararon los daños provocados por un fuerte ataque de insectos xilófagos; colocaron nuevos sistemas de sujeción de las manos, atributos iconográficos, peana y estatuilla del Niño; limpiaron la policromía; reintegraron las lagunas pictóricas y aplicaron una capa general de protección.

Dignos de mención son tanto el retablo-camarín de la Virgen de la Victoria, cuyas paredes se hallan revestidas de una espectacular decoración a base de yeserías realizadas por Felipe de Unzurrúnzaga (1689), como el primitivo retablo en madera policromada, atribuido a Luis Ortiz de Vargas.