En una Bruselas de intenso clima cultural, en el que se combinaban las teorías simbolistas y racionalistas francesas con las tendencias prerrafaelitas y los estilos decorativos ingleses, se suele situar la primera manifestación del Art Nouveau: la Casa Tassel, construida por Victor Horta entre los años 1892 y 1893.

Horta (1861-1947) fue junto a Henry Van de Velde (1863-1957) la figura más importante del Modernismo belga. Van de Velde, muy influido por las ideas de William Morris, destacó en el diseño de muebles, la decoración de interiores, el cartelismo, la joyería y en todas las artes en general, al tiempo que, con sus conferencias y escritos, ejercía una notable influencia en el desarrollo del arte belga y alemán.

Volviendo a Horta y a su Casa Tassel, ésta es de tres plantas, fachada estrecha, con estructura de hierro visible (vigas y columnas), pero es sobre todo en el interior donde el nuevo estilo halla una expresión extremadamente coherente. Los ritmos ondulantes aparecen en el suelo, las paredes, las vidrieras, incluso en los soportes metálicos que actúan a la vez de elemento estructural y de elemento ornamental flexible y sinuoso.

Una vez terminada la casa, Horta trabajó para su propietario, Émile Tassel, diseñando varios proyectos de mobiliario para el inmueble, al que de paso se le hicieron algunos pequeños cambios -relativos a la decoración, la calefacción, etcétera-, probablemente a petición del propio Tassel.

Después de un tiempo funcionando como casa de modas, el edificio se convirtió en el Hotel Tassel, dividiéndose en pequeñas unidades que alteraban el proyecto original. En 1976, el arquitecto Jean Delhaye compró la propiedad con la intención de devolverle su esplendor original y comenzó la restauración en 1982. En el año 2000 fue proclamado Patrimonio Mundial de la Unesco.

Otras creaciones significativas de Victor Horta son la Casa Solvay (1895-1900) -para la misma, Horta incluso diseñó muebles, lámparas, alfombras; en definitiva, todos los detalles de su interior- y la Casa del Pueblo (1896-1899), posiblemente su aportación más notable a la arquitectura moderna; lamentablemente demolida en el año 1965, la Casa del Pueblo era una construcción de gran audacia en la que Horta combinaba materiales diversos y en la que había, sobre todo, un atrevido uso del hierro y de las grandes superficies acristaladas.