MARIA LACTANS (III)
HANS BALDUNG
Sergio Cabaco y Jesús Abades
La interpretación que hizo Hans Baldung (Schwäbisch Gmünd, hacia 1484-1485 - Estrasburgo, 1545) de la iconografía de la Virgen de la Leche, conservada en el Germanisches Nationalmuseum de Núremberg, se mueve audazmente entre el cuadro religioso de devoción y una representación plena de sensualidad y erotismo. Mediante atrevidos motivos, como el mordisco del loro en el cuello de la Madonna o el sinuoso roce de su pecho a través de los labios puntiagudos del niño, que observa fijamente al espectador, Baldung ha dado a su obra valores sensuales que van más allá del sentido que, tradicionalmente, suelen abordar estas pinturas. La encarnación de Cristo, tema central del Sínodo de 1533 celebrado en Estrasburgo contra los anabaptistas, se enfatiza en la succión que el Niño hace con fruición del pezón materno. La pintura de Baldung sería, por lo tanto, una confesión teológica pintada de la verdadera maternidad de María, así como una doctrina de la doble naturaleza de Jesús -divina y terrena- y de la maternidad de María, puesta en duda por los anabaptistas. La belleza impecable de la Virgen, así como el gesto que adopta su mano derecha, aluden también a las imágenes de la diosa Venus. Con aire travieso, un ángel revolotea en torno a la cabeza de María, manipulando el velo transparente que la cubre, aunque no está claro si su actitud es la de ponérselo o quitárselo. La figura angélica tiene un cariz misterioso que escapa a una interpretación concluyente. Respecto al loro posado sobre el hombro izquierdo de la Señora -verde, al igual que el periquito de la esquina, pues el verde era el color predilecto de Hans Baldung, de ahí su apodo "Grein", "verde" en alemán-, es un animal presente también en obras de Martin Schongauer -gran influencia de Baldung, después de la de su maestro Durero-, y simboliza, según algunos autores, la maternidad virginal de María, si bien en este caso las aves podrían interpretarse como un detalle exótico y lujoso que subraya el atractivo sensual del cuadro. La pintura, realizada en 1533, refleja la ambigüedad típica de Baldung, muy apreciada por los expertos en arte. El hecho de que se deba a los deseos de un cliente de élite solo puede ser especulado ante la ausencia de testimonios escritos. Como miembro de una familia de eruditos con influencias en la corte de Habsburgo y la Universidad Católica de Friburgo, Baldung aparentemente tenía una clientela de viejos creyentes contrarios a la Reforma protestante, a los que continuaría suministrando obras incluso después de la iconoclastia que conllevó la Reforma, siendo este tipo de imágenes de la Virgo Lactans especialmente reprobadas. Tres años antes, Hans Baldung pintó otra versión sobre el tema, inspirada en una obra de Mabuse (imagen inferior izquierda), menos sensual que la anterior pero también desconcertante, en la que María aparece con el pecho desnudo para amamantar al Niño, el cual se encuentra sobre su regazo, con un pie sobre las páginas del libro que se encontraba leyendo la madre, a la cual abraza y besa. Asomado tras el fondo arquitectónico vemos un angelito contemplando con ternura la escena. El elemento de lujo y exotismo lo constituye en este caso el puñado de piedras preciosas que aparece en la parte delantera izquierda y que es difícil de interpretar. Existe una tercera versión (imagen inferior derecha), que algunos autores fechan en 1527 y otros entre los años 1539 y 1540, en la que Baldung muestra al Niño ya amamantado y dormido en los brazos de María, cuyo pecho, aún descubierto, se muestra también flácido tras la bajada de leche. Los tipos fisonómicos en este caso son muy parecidos a los del cuadro de 1533. A diferencia de las anteriores piezas, custodiadas ambas en el Germanisches Nationalmuseum de Núremberg, esta última se conserva en la Gemäldegalerie de Berlín. |
Anterior entrega en este |
www.lahornacina.com