CIRCUMCISIO (II)
GIULIO ROMANO

13/12/2019


 

 

El rito de la circuncisión lo celebraban los varones judíos en un lugar privado, generalmente en la propia casa y el ministro era el padre del niño o un pariente cercano; también podía realizarse en la morada del sacerdote circuncidador, llamado "mohel". Se cree que la circuncisión de Jesús se verificó probablemente en el mismo lugar del nacimiento y ésta era la ocasión en que se le daba el nombre al recién nacido.

Sin embargo, la mayoría de las veces los artistas reproducen esta escena de la vida de Cristo en un templo, seguramente para magnificar el rito. No nos dice San Lucas, el único evangelista que menciona el episodio de la circuncisión (Lc 2, 21), que la misma se llevara a cabo en el interior del templo, y aunque el arte suele adoptar esta opinión, lo corriente es que Jesús fuera circuncidado en el mismo lugar donde nació.

 

 

En esta pintura del Louvre la circuncisión tiene lugar en la entrada de un templo con cinco naves delimitadas por unas singulares columnas retorcidas, sin duda los elementos más llamativos de la escena. Además de jugar un papel importante en la composición, dan al espacio arquitectónico un aspecto fantástico. Su verticalidad se contrapone a sus propias ondulaciones. Las columnas imitan las del templo de Salomón en Jerusalén (de ahí que también se llamen salomónicas), lo que testimonia el interés del pintor en el arte antiguo.

Las líneas horizontales, que forman las líneas del pavimento y las numerosas figuras al repartirse por la estancia, se atenúan gracias a la disposición en semicírculo de los personajes que se hallan en primer plano. Las líneas de fuga del techo y el suelo expresan notablemente la profundidad del templo.

Aunque el Niño no está en el centro de la escena, su figura queda muy resaltada gracias a las soluciones técnicas adoptadas por el autor, el pintor Giulio Romano, discípulo y colaborador de Rafael hasta la muerte del maestro en 1520. Las figuras siguen el estilo rafaelesco, sin embargo la audaz composición demuestra la capacidad de Giulio Pippi (llamado Romano por haber nacido en Roma hacia 1490) a la hora de liberarse de los prestigiosos modelos de Rafael. Y eso que hablamos de una obra juvenil, realizada por Romano hacia 1520-1525, antes de ingresar al servicio de Federico Gonzaga en Mantua, ciudad donde falleció en 1546.

El sacerdote "mohel" opera ayudado por un niño que lleva el instrumental quirúrgico en un carcaj. La multitud se aglomera alrededor de Jesús. Se observan dos habituales errores, de los que hablaremos en una próxima entrega: la presencia de María y el hecho de mezclar la escena con la de la Presentación en el templo, simbolizada también por la doncella llevando una cesta con la pareja de tórtolas.

 

 

FUENTES

Con información del Museo del Louvre.

AA.VV. Museo de los museos. Arte universal a través de los tiempos. 50 Años del Palacio De Bellas Artes, Ciudad De México, Instituto Nacional De Bellas Artes, 1984, p. 186.

 

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