LAS VARIANTES ICONOGRÁFICAS DEL NIÑO DIOS (V)
NIÑO CON DOLOR DE MUELAS
21/12/2020
La imagen es una talla en madera policromada, fechable en un periodo amplio del tránsito entre los siglos XVI y XVII, en la que el Niño Jesús aparece sentado en un sillón frailero extraído del ambiente palaciego, dormido o con la mirada perdida y con el gesto reflexivo de apoyar su cabeza sobre el codo en el brazo del sillón. El semblante triste del Niño Jesús es signo de que sus pensamientos están puestos en el drama del Calvario. Ocasionalmente, la presencia de los atributos de la Pasión e incluso de la calavera, sirven para reforzar dicho mensaje, a diferencia de las imágenes que se entronizan el 1 de enero, dentro del ciclo litúrgico de la Navidad. Tradición aún vigente en numerosos monasterios de clausura y en las Islas Baleares, consistente en sacar del pesebre del Belén la imagen del Niño y sentarla en una silla o trono, donde permanecerá hasta la fiesta de la Epifanía el 6 de enero, en la que recibirá a los Reyes Magos como "Rey de Reyes". Esta postura también podemos encontrarla en otras imágenes, como la de la "Virgen niña dormida" pintada por Francisco de Zurbarán, en la que la Virgen se muestra dormida, en una pausa de su oración, con el libro en que meditaba en la mano izquierda, soñando quizá también con su futuro destino. Este Niño Jesús representa, por tanto, a un niño ensimismado o dormido, constituyendo una variante de la iconografía pasionista de la infancia, en la que se vincula la imagen infantil de Cristo con su futura muerte en la cruz, que encontrará en la piedad postridentina su plasmación artística más abundante y evidente, ya que como recoge Interián de Ayala: "Cristo Señor Nuestro desde el primer instante de su concepción, aceptó su acerbísima Pasión que le impuso su Eterno Padre, viviendo siempre aparejado para ella y pensando en ella muchas veces; sabiendo muy bien que con su muerte vencería a la misma muerte y al demonio". Humanizando aún más la imagen, conservada en el Museo del Real Monasterio de Santa Clara, de Carrión de los Condes (Palencia), las clarisas que lo regentan han querido ver los ojos del Niño Jesús cerrados como consecuencia de un dolor de muelas, mostrando la fiebre en el flemón, carrillo y orejas, y la bola del mundo a punto de caer de sus manos por tanto dolor, por lo que recibe el nombre de Niño con dolor de muelas. El Niño viste el atavío propio de los infantes menores de siete años, el vaquero, siguiendo la estética de los retratos infantiles de la Casa de Austria. Traje común a niños y niñas sobre el que aparece el babador, pieza de tela de lino que protegía los vestidos, en el que aparecen pintados los instrumentos de la Pasión. Existen otros ejemplares muy próximos al Niño con dolor de muelas en cuanto a factura se refiere, y que, según Peña Martín, podrían haber salido del mismo taller, ya a comienzos del siglo XVII. Todos ellos muestran un estilizado Niño Jesús sentado en un sillón frailero con respaldo alto y con sus pies descansando sobre un almohadón, que sostiene su cabeza, de rizados cabellos, con su brazo derecho apoyado en uno de los brazos del sillón, sobre un pequeño cojín. Con la otra mano, el Niño sujeta sobre sus rodillas el globo terráqueo. A este grupo pertenecería el Niño dormido del Museo del Santo Ángel de Sevilla, procedente del convento ecijano de San José, de cuyo cuello pende un medallón en el que se guarda una reliquia del Lignum Crucis. |
FUENTES PEÑA MARTÍN, Ángel. "El verme así no te asombre. El Niño Jesús Soberano del monasterio de comendadoras de San Juan de Jerusalén de Zamora", en Arte y patrimonio de las órdenes militares de Jerusalén en España: hacia un estado de la cuestión, Centro de Estudios de la Orden del Santo Sepulcro y Asamblea Española de la Soberana Orden de Malta y Lugartenencias Españolas de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Zaragoza-Madrid, 2010, pp. 6-9 y 13-14. |
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