LAS VARIANTES ICONOGRÁFICAS DEL NIÑO DIOS (IV)
NIÑO BUEN PASTOR
19/12/2020
Foto: Daniel Salvador-Almeida |
Escultura del monasterio sevillano de San Leandro, representada de pie, de 35 cm de altura, en terracota policromada y telas encoladas. Según Carmen Montesinos, este Niño Buen Pastor o Divino Pastor presenta todos los rasgos comunes a las figuras infantiles y femeninas de la obra de Cristóbal Ramos, siendo una de las varias piezas que del escultor se conservan en el referido cenobio, regentado por monjas agustinas. Se trata de un tierno y hermoso Niño Jesús situado sobre un monjil risco, cuyo cayado y pieles lo dan a conocer como pastor amante de su rebaño, representado por tres corderos, que fijan sus miradas en el Pastorcito y le adoran inclinando sus cabezas para besar las sandalias de sus pies. Las ondulaciones de sus cabellos están recogidas con bucles hacia la parte posterior a la altura de los pabellones auditivos, dejándolos en su mayor parte despejados. El rostro muestra cejas pinceladas finas y arqueadas, pestañas pintadas, ojos de cristal, nariz recta y pequeña, boca que aparece entreabierta y esbozando una leve sonrisa que deja ver la hilera superior de sus dientes, y cachetes abultados y sonrosados, proporcionados junto a la barbilla que muestra el característico hoyuelo de Ramos y una ligera papada. La túnica celeste con adornos dorados se halla recogida en la cintura con un lazo y presenta un gran movimiento en la parte inferior. Sobre la misma porta un pellico o zamarra de corte irregular, propio del mundo pastoril, estofado en oro y de armiño que realza su divina realeza. La imagen principal se encuentra erguida con una actitud dinámica descargando nuevamente el peso sobre la pierna izquierda, al mismo tiempo que la derecha se encuentra ligeramente levantada y retrasada en lo abrupto del risco. La posición de su mano diestra se encuentra extendida y en actitud de bendecir, mientras que con la mano del brazo izquierdo sostiene el cayado pastoril que representa su cetro. El Niño Buen Pastor se fecha en la segunda mitad del siglo XVIII dentro del periodo activo de Ramos. La base documental que fundamenta su iconografía se encuentra en las propias palabras de Jesús, pues según Juan, declaró "yo soy el buen pastor" (Jn 10, 11-18); así como en una de las parábolas que narran Lucas y Mateo (Lc 15, 4-7; Mt 18, 12-14), la cual enlaza, a su vez, con profecías del Antiguo Testamento de Isaías y Ezequiel y en el salmo 23 ("Como un pastor apacienta a su rebaño, en brazo recoge a los corderos, en su seno los lleva"). |
FUENTES GUIJO PÉREZ, Salvador. "La colección de Niños Jesús del escultor Cristóbal Ramos del Monasterio de San Leandro de Sevilla", en Laboratorio de Arte, nº 32, Universidad de Sevilla, 2020, pp. 297-298. |
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