LA ICONOGRAFÍA DE LA NAVIDAD EN EL MUNDO DEL ARTE (VI)
Con información de Jesús Abades
LA MATANZA DE LOS INOCENTES |
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Taller de Everhard Rensig o de Gerhard Remisch Hacia 1522-1526 Vidrio coloreado con partes pintadas y tintadas Museo Victoria y Alberto de Londres |
La pieza procede de la abadía alemana de Mariawald, fundada en el año 1480 por la orden de los Cistercienses. Durante las luchas revolucionarias en Francia y bajo el posterior mandato de Napoleón, muchas instituciones monásticas del continente europeo fueron secularizadas y sus edificios destruidos. Mariawald fue clausurada en 1802, pero afortunadamente sus dependencias, incluidos los claustros, siguen en gran parte intactas. Eso sí, las espléndidas vidrieras que la decoraban fueron retiradas: se cree que fueron compradas por John Christopher Hampp de Norwich, quien las vendió a varias iglesias y colecciones privadas. Muchas de ellas fueron adquiridas por Lord Brownlow para su nueva capilla en Ashridge Park (Hertfordshire), instalándose en ella entre 1811 y 1831. En 1928 todo el contenido de la capilla salió a subasta y un coleccionista privado compró las vidrieras para donarlas al Museo. La vidriera de la Matanza de los Inocentes (70,7 x 67,8 x 5,6 cm) era una de las once que formaban parte de los claustros de la abadía. Tienen su origen en las llamadas Biblia Pauperim (Biblias de los Pobres), reproducidas en manuscritos y grabados en madera. A finales del siglo XV fueron impresas en libros que se vendieron por miles y se utilizaron como fuentes de diseño para obras de arte, entre ellas vidrieras. En la obra que nos ocupa aparece al fondo, en el lado izquierdo, el rey Herodes mirando a sus soldados cumplir su orden de matar a los niños varones de Belén y sus alrededores. En primer plano, una madre en cuclillas agarra a su hijo en un vano intento por salvarlo de las espadas y los cuchillos de los soldados. |
JESÚS ENTRE LOS DOCTORES |
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Alberto Durero (1471-1528) 1506 Óleo sobre tabla Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid |
Durero es el máximo representante del Renacimiento alemán y el principal impulsor de las nuevas ideas en el norte de Europa. Esta obra, en la que aparece Jesús disputando con los doctores del templo, se fecha durante el segundo viaje que realizó a Italia, donde fue recibido como un consagrado maestro. El óleo se pintó en la ciudad de Venecia, quizás por encargo de Giovanni Bellini, y se ha identificado con un cuadro del que habla en una carta dirigida a su amigo Willibald Pirckheimer, el humanista de Nuremberg. Los lazos con la pintura italiana de la época resultan evidentes en la composición, en las medias figuras y en la colocación de las diferentes cabezas con un foco central ocupado por el rostro del niño y las manos. El artista alemán consigue fundir hábilmente los dos mundos renacentistas, el nórdico y el italiano. La obra está firmada con el anagrama del pintor y fechada en el papel que sobresale del libro situado en primer plano. |
FUENTES: DOLCE, Lodovico. Diálogo de la Pintura (1557), edición de AKAL del año 2010, Madrid, p. 203.
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