En el año 2009 atribuimos a Ocampo este espléndido Cristo crucificado, situado por entonces en la escalera de acceso al camarín de la Virgen de la Asunción, patrona de Estepa, en la iglesia del mismo nombre construida a mediados del siglo XVII, aunque el camarín y la profusa decoración pictórica del interior corresponden al XVIII, centuria en que también se restauró la imagen titular y se labró en piedra la portada de los pies.

Como analizamos en la anterior entrega, según datos encontrados en los archivos del Palacio Arzobispal de Sevilla, el 9 de diciembre de 1578 el Concejo de Estepa acordaba a petición del vicario de la Parroquia de Santa María la Mayor, la sustitución del antiguo retablo mayor de este templo, dado el ruinoso y deplorable estado en que se encontraba. Sin embargo, no será hasta 1583 cuando se contrate la construcción del nuevo retablo al maestre Andrés de Ocampo, otorgándose la correspondiente escritura notarial. En el conjunto, remodelado en el siglo XVIII, intervinieron también Jerónimo Hernández y Juan Bautista Vázquez el Viejo.

Debido a no disponer de información documental sobre la autoría del Cristo del Pregón, no podemos afirmar que Andrés de Ocampo labrara otro Cristo crucificado para la localidad de Estepa, pues el que se conserva en el Stabat Mater -Cristo en la cruz entre la Virgen María y San Juan Evangelista- que remata el mencionado retablo de Santa María la Mayor -una talla cuyas dimensiones son 110 x 110 cm-, es el primitivo.

La obra que nos ocupa muestra grandes analogías con otras creaciones del autor sobre el tema de la Crucifixión como el mencionado Cristo del retablo estepeño de Santa María la Mayor, el también analizado Cristo de la Fundación (Hermandad de los Negritos, Sevilla), el Cristo del Mayor Dolor (Hermandad del Dulce Nombre, Sevilla) o el Cristo del grupo escultórico del Descendimiento de la iglesia hispalense de San Vicente.

Precisamente, en una mejor ubicación del interior de Santa María la Mayor, recibe culto desde hace unos años esta figura. Cabe la posibilidad de que la misma fuese, como el resto del conjunto retablístico del referido templo, una obra juvenil del artista que constituyó un encargo independiente y paralelo al mismo.

En todo caso, aun tratándose de una pieza posterior, debe proceder de otra iglesia distinta a la Asunción, donde en el año 2009 se conservaba, pues Ocampo falleció el 10 de enero de 1623 y, como hemos apuntado, el templo dedicado a la patrona de Estepa, donde descubrimos la efigie del crucificado, data de mediados del XVII. Por otro lado, tampoco encontramos entre los muros de dicha iglesia una ubicación original para la efigie.

Según el blog "Devociones de Estepa", pertenece a la desaparecida capilla de los Vera de la iglesia de Santa María de Estepa, donde tenía la advocación de Santo Crucifijo y Conversión. Durante los años de obras en Santa María, estuvo en las escaleras de acceso al camarín de la Asunción. En 2016, Año de la Misericordia, tras la reapertura al culto de Santa María, fue renombrado como Cristo de la Misericordia. Respecto a su advocación de Cristo del Pregón, se debe a que la imagen solía presidir los pregones de la Semana Santa de Estepa.

Desde el punto de vista estilístico, la rotunda caída de la cabeza sobre el hombro, el tratamiento de la barba y el cabello -este último quizás con modificaciones como el del Cristo de la Fundación-, el tipo de laceraciones, y la composición elegante y sencilla, remiten indudablemente -entre otros detalles propios de la época sevillana bajorenacentista- a las maneras de Andrés de Ocampo. La leve desproporción entre las piernas y el tronco puede responder a su primitiva ubicación rematando algún retablo mayor, altar o capilla.

El estado de conservación de este crucificado sigue siendo bastante deficiente desde que lo atribuimos hace ya más de catorce años a Ocampo. Reclama una urgente intervención para reparar los daños, eliminar repintes y otros añadidos, y averiguar así nuevos datos sobre la historia y las características de su técnica y materiales.