Para la Capilla de los Ponce de León, ejecutó Andrés de Ocampo un retablo de tipo tabernáculo con dos relieves: el Descendimiento como tema principal y la "Exaltación de la serpiente en el desierto" en el ático. Tanto la traza como las esculturas fueron originales de Ocampo. Se conservan los relieves, pero desapareció el retablo, que se situaba en la capilla de la cabecera de la nave de la Epístola.

El Descendimiento (280 x 152 cm) es una de las obras más notables del manierismo andaluz. Sus ocho figuras se distribuyen con simetría y marcadas responsiones. La imagen de Cristo, de canon alargado, forma una fuerte diagonal que da tono a la composición, centrándola en eje con la Virgen y la Magdalena, la cual, arrodillada, parece buscar los pies de su Maestro para besarlos, alusión al pasaje evangélico de Juan (Jn 12, 3).

A la derecha de este grupo principal aparecen San Juan Evangelista, que besa la mano de Cristo en señal de respeto y reverencia, y dos santas mujeres con gesto doloroso. El grupo de la izquierda está formado en primer plano por otra de las santas mujeres, tras la cual se distinguen los santos varones José de Arimatea y Nicodemo, que han descendido al Señor. Al fondo aún se pueden ver las escaleras usadas, apoyadas en la cruz.

Todas las figuras son estupendas, sobre todo las cabezas y rostros tan característicos en la obra de Ocampo, pero hay que reconocer que las del eje central destacan sobremanera: la talla mariana se parece a la Asunción de Arcos de la Frontera, el Cristo muerto y desplomado es una de las piezas más excepcionales de la producción de Ocampo -quien logró con esta imagen una expresividad como pocas veces se hizo en un relieve hasta el momento, abriendo una ventana a las futuras composiciones barrocas- y la Magdalena muestra la exquisita melena con rizos que forman largos tirabuzones, recurso empleado por Ocampo en muchas de sus obras.

La opulencia de formas, el énfasis expresivo y la interpretación del dolor, en todas y cada una de las esculturas, recuerdan las versiones de Jerónimo Hernández y Gaspar Nuñez Delgado, y hunden sus raíces estéticas en el arte italiano. García Gainza sugirió que Ocampo pudo inspirarse en el famoso dibujo que Miguel Ángel realizó para Vittoria Colonna, conservado en el Isabella Gardner Museum de Boston. También se observan semejanzas con otras obras más cercanas como la "Piedad" de Juan Núñez o el "Descendimiento" de Pedro de Campaña, ambas en la Catedral de Sevilla, o la Piedad de Luis de Vargas de Santa María la Blanca.

En el año 2019 finalizó la espléndida restauración de este retablo del Descendimiento de la parroquia sevillana de San Vicente mártir a cargo de David Triguero Berjano, que contó con la colaboración de Borja Martín. Como ya sabemos, Andrés de Ocampo recibió sepultura en esta iglesia tras su fallecimiento en el año 1623.