VIRGEN DE GUADALUPE (PATRONA DE EXTREMADURA Y REINA DE LA HISPANIDAD)

Sebastián García


 

 

 

La Virgen de Guadalupe es una escultura labrada en madera policromada de cedro por escultor desconocido. Hablamos de una talla sedente del periodo románico, con el Niño Jesús en su regazo, que puede datarse con toda certeza como efigie de finales del siglo XII. La parte posterior de la pieza se encuentra sin labrar, así quedó cuando en el siglo XIV fue cortado el respaldar de la sede para vestirla.

La Virgen mide 59 cm y el Niño, del mismo estilo, época y autor, 23 cm. Pertenece al grupo de vírgenes negras de la Europa Occidental del siglo XIII, respondiendo plenamente a los esquemas iconográficos de su época: frontalidad en la mirada, nariz recta, mentón ateniense, grandes ojos y hieratismo en las posturas. Al igual que la del Niño Jesús, la mano derecha de la Señora fue sustituida en el siglo XV por la que actualmente tiene, cincelada en plata, hecha para empuñar el cetro.

En la fotografía de la izquierda, podemos contemplarla vestida con el llamado "manto rico de la comunidad", bordado en oro, perlas, aljófares y diamantes en 1790 por monjes bordadores de la casa, bajo la dirección de Fray Cosme de Barcelona. Los aljófares y perlas proceden de otro vestido, estrenado en 1551 y enriquecido en 1588 con media libra de perlas y otra media de aljófares que envió el rey Felipe II.

A la derecha, vemos a la Virgen de Guadalupe con otra espléndida prenda, el llamado "manto de la cenefa marrón", que fue bordado en hilo de plata, sedas de colores y piedras de engaste durante la Guerra de la Independencia por los maestros bordadores Juan Peña y José Rivas de Valeriano.

 

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