VIRGEN DEL SAGRARIO DE TOLEDO
La Patrona de Toledo, fechable en el siglo XIII, es una talla sedente de estilo gótico y evidente arcaismo formal que sostiene entre sus brazos al Niño, de tipo deífico. Como no pocas esculturas lígneas de su época, se halla recubierta, a excepción de la cabeza y las manos de ambas figuras, con una lámina de plata, adornada en las fimbrias con pedrería, con el fin de proteger el material de insectos y agresiones.
También conocida antaño como Santa María de Toledo, se encuentra labrada en madera de níspero y ha conocido varias restauraciones de importancia. Hoy en día se encuentra revestida también con ropajes naturales, destacando un espléndido manto bordado con perlas. La última intervención fue realizada entre los años 1976 y 1977 y tuvo como resultado la recuperación de la policromía original de la figura.
Algunos autores relacionan a la Patrona con la venerada imagen de la Virgen de la Esperanza de San Cipriano, también en Toledo. Su advocación se debe a que recibe culto en la Capilla del Sagrario de la Catedral toledana, magnífica obra de estilo herreriano edificada entre finales del siglo XVI y principios del XVII.
La imagen recibió el rango de la Coronación Canónica en el año 1926, para lo cual fue labrada una espléndida corona de oro y pedrería por los Talleres Granda. Digna de mención es también otra presea de estilo renacentista, cincelada por Alejo de Montoya entre 1574 y 1586.
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