Tras el expolio del Santuario de la Virgen del Rosario con motivo de los disturbios de 1936, en los que también se perdieron otras obras de arte como un interesante grupo de Los Azotes labrado por Francisco Salzillo, José Manuel Rodríguez Fernández-Andes, autor de un buen número de imágenes para Hellín, realizó una nueva talla de la patrona de la localidad albaceteña, la cual se bendijo en 1939.

Al igual que llevó a cabo con la antigua imagen de la Virgen del Rosario, patrona de Cádiz, el escultor e imaginero sevillano Fernández-Andes realizó una interpretación personal de la talla primitiva, adaptándola a los dulcificados gustos neobarrocos del momento.

De la efigie anterior hereda la actual patrona de Hellín la verticalidad de la figura, la disposición de los ropajes, cierto hieratismo en el semblante de la Señora y algo de la incurvación de la silueta por el peso del Niño, que porta sobre el brazo izquierdo. La cabeza del Niño es lo único que se salvó de la talla antigua.

La imagen, de bulto redondo, suele aparecer revestida con toca y manto, que no ocultan sin embargo la parte frontal de la talla. Por su parte, el pequeño Jesús aparece completamente cubierto con túnica. La Virgen del Rosario, cuya devoción arranca en el año 1266 tras la reconquista de la ciudad por tropas castellanas, fue declarada patrona de Hellín en 1907, siendo coronada canónicamente en 1955.