LA ICONOGRAFÍA DE PENTECOSTÉS (IV)

11/05/2020


 

 

Óleo sobre tabla (166,5 x 165 cm) realizado por el pintor portugués Vasco Fernandes (hacia 1475-1542), más conocido como "Grão Vasco", activo durante casi toda la primera mitad del siglo XVI y figura principal de la pintura del quinientos en Portugal. Su obra vive la transición del estilo manuelino al renacentista, con influjos de los maestros flamencos. Esta pieza en cuestión se cree pintada sobre madera de roble proveniente de Flandes, donde a su vez la adquirían de los bosques situados en la cuenca del Báltico.

Muchas de las obras de Vasco Fernandes se han perdido con el tiempo. Actualmente se relacionan con el pintor tan solo once piezas, sin contar otras atribuidas pero no con tanta certeza: cinco tablas del retablo mayor de la Catedral de Lamego (1506-1511), hoy en el museo de dicha localidad portuguesa; otras tres en el Museu Nacional de Arte Antiga, en Lisboa (1520); dos retablos para la Catedral de Viseu (1530), actualmente en el museo dedicado al pintor en dicha localidad -tenía su taller en Viseu y probablemente nació allí-, y el Pentecostés (1535) que nos ocupa del Monasterio de la Santa Cruz de Coimbra.

Durante las tres primeras décadas del siglo XVI, y a semejanza de lo que entonces sucedía con los pintores cosmopolitas de Lisboa, con los que Vasco Fernandes estaba en contacto, hay que señalar en su trabajo la influencia de la pintura noreuropea, sobre todo el vigoroso realismo figurativo a la manera flamenca.

Sin embargo, hacia 1530 se aprecia en Fernandes una asimilación de los valores del Renacimiento italiano. Este hecho se debe fundamentalmente a su gran mecenas, Miguel da Silva -quien llegó a ostentar los cargos de obispo, cardenal y embajador del rey Manuel I en la corte papal-, uno de los mayores responsables de la introducción del Renacimiento en el arte portugués. A partir de entonces, las obras de Fernandes se llenan de una nueva sensibilidad y visión del mundo, derrochando fuerza poética y dramática, expresividad formal, luces misteriosas, colores intensos, trazos violentos en las figuras y paisajes lejanos, entre otros caracteres.

El Pentecostés es por tanto una obra de la última etapa de Fernandes, así como un ejemplar fundamental y único en su trayectoria, testimonio de su adhesión a los valores renacentistas. De hecho, el pintor lo firmó bajo la forma latinizada "Velascus". La escena, de gran originalidad, transcurre en uno de los pocos interiores pintados por Fernandes, apareciendo a los fieles como si fuera una extensión de su propio mundo.

En primer plano y a mayor escala -hay que tener en cuenta la altura para la que fue concebida y el punto de visión que tomaba el espectador- vemos a San Pedro y San Juan, quienes con gran teatralidad nos introducen a la composición central, que transcurre en una arquitectura abovedada al modo manuelino. Además de por los apóstoles, María, insólitamente, está acompañada por otras dos figuras femeninas: las santas mujeres que se sitúan justo a su lado, ocupando las figuras masculinas los dos espacios laterales. El cordero con la cruz colocado en la hornacina alude al sacrificio de Jesús en la cruz del que salió triunfante con su resurrección.

Esta tabla es muy similar a otro Pentecostés (imagen inferior) conservado en Museo Grão Vasco, de calidad inferior por intervenir en ella otro pintor portugués, Gaspar Vaz, cuyas formas más arcaicas y confusas vemos en erráticos detalles de anatomía y de perspectiva, así como en elementos figurativos del escenario.

Según los estudios de historiadores como Reynaldo dos Santos, Rackzynski o Dalila Rodrigues, el Pentecostés del Monasterio de la Santa Cruz de Coimbra fue la tabla central del retablo de la capilla del Espíritu Santo que se encontraba en el claustro de la portería. Cuando dicho claustro fue demolido, el retablo desapareció y la tabla se llevó a la sacristía, para después pasar a la sala del refectorio, donde actualmente se exhibe. Consta también que Vasco Fernandes realizó otros cuatro retablos para el monasterio, aunque ninguno se conserva.

 

 

FUENTES

AA.VV. El manuelino. El arte portugués en la época de los descubrimientos, Lisboa, MWNF, 2002, pp. 32-33.

SALGUEIRO, Joana y DE CARVALHO, Salomé. "Radiografia in situ do Pentecostes do mosteiro de Santa Cruz de Coimbra: estudo técnico do suporte e sua relevância na história da conservação e restauro da pintura sobre madeira em Portugal", en Estudos de conservação e restauro, nº 1, Lisboa, Centro de Investigação em Ciência e Tecnologia das Artes, 2013, pp. 114 y 116-118.

 

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