Nacida en Tours, en 1874, la pintora e ilustradora francesa Élisabeth Sonrel era hija del también pintor Nicolas Stéphane Sonrel, de quien recibió su temprana orientación artística, caracterizada por un cariz modernista muy interesado por el cromatismo y el decorativismo. Para continuar sus estudios artísticos se mudó a París, donde fue discípula del famoso artista académico Jules Joseph Lefèbvre en su Escuela de Bellas Artes.

Sonrel expuso en el Salón de Artistas Franceses de París, desde 1893 hasta 1941, grandes acuarelas de mujeres idealizadas siguiendo el estilo prerrafaelita, que adoptó tras un viaje a Italia, Florencia y Roma, donde descubrió a los pintores del Renacimiento y conoció en primera persona la obra de Sandro Botticelli, a quien admiraba profundamente. Sonrel mostró también afinidad por la pintura simbolista francesa, si bien nunca se adhirió al movimiento simbolista, que, además, la ignoró completamente.

Las obras de Sonrel se inspiran en las novelas artúricas, los temas bíblicos y las leyendas de amor medievales. Algunas de sus obras místicas incluyen Wandering Ames (Salón de 1894) y The Spirits of the Abyss (Salón de 1899), así como Young Woman with Tapestry, que tiene una inspiración cercana al famoso simbolismo de Maxence. Sin embargo, fue el Modernismo o Art Nouveau la corriente artística que marcó su trayectoria.

Una de sus pinturas más famosas es El sueño de la Virgen (1895), presentada en la Exposición Universal de 1900 y por la que consiguió una medalla de bronce. Dicha obra se hizo muy popular en su época gracias a las muchas reproducciones que se hicieron de la misma, al igual que otras creaciones de Sonrel como La procesión de Flora (1897), evocadora de los tonos pálidos y el estilo pictórico de su admirado Botticelli.

Algunas de sus pinturas (La Musique, colección privada de Londres) evocan criaturas evanescentes del Art Nouveau, del que a veces también adapta adornos y joyas. Después de 1900, Sonrel, creadora hasta la fecha de cuadros alegóricos y místicos, pintó principalmente retratos y pintorescos paisajes bretones, y, a veces, bodegones con flores. La artista residirá en hoteles de varios municipios de Bretaña, donde permanecerá a menudo acompañada por uno o dos estudiantes. Allí trabajará principalmente en acuarela y gouache, y encontrará muchos modelos, especialmente muchachas jóvenes de la región.

Élisabeth Sonrel murió en Sceaux en 1953. Aunque fue conocida a lo largo de su vida, particularmente por la gran la cantidad de reproducciones que se hicieron de sus obras, solo en los últimos treinta años su trabajo viene recibiendo la atención que merece. Como hemos apuntado anteriormente, su última exposición tuvo lugar en el Salón de Artistas Franceses de París del año 1941 y se celebró cuando tenía sesenta y siete años de edad.