PIERRE PUGET. IV CENTENARIO
PERSEO Y ANDRÓMEDA

30/11/2020


 

 
 
Foto: Albert Hastings

 

Esta obra de Puget ilustra una de las fábulas de las "Metamorfosis" de Ovidio, según la cual Perseo, después de cortar la cabeza a Medusa y de haber convertido a Atlas en montaña, emprendió rumbo a Etiopía, donde se enamoró de Andrómeda, hija del rey Cefeo. La princesa figura atada a un peñasco, expuesta a ser devorada por un monstruo marino como castigo solicitado a Poseidón por las nereidas, ofendidas por los comentarios de Casiopea, madre de Andrómeda, sobre que ella y su hija eran más hermosas que todas las nereidas o ninfas del mar juntas. Finalmente, Perseo mató al monstruo marino, liberó a Andrómeda y se desposó con ella. Algunas ramas de árboles se convirtieron en corales al caer sobre ellos algunas gotas de sangre de la cabeza de Medusa, que aparece en la escultura a los pies de Perseo con su característica cabellera de serpientes.

Esta colosal pieza maestra en mármol de Carrara (320 x 106 x 114 cm) es sin duda una de las creaciones más emblemáticas de Puget. Fue realizada entre 1678 y 1684 para el rey Luis XIV, y probablemente Puget contó con la colaboración del escultor Christophe Veyrier. El monarca, al igual que ocurrió con el Milón de Crotona, quedó tan seducido por el apasionado atrevimiento de Perseo y Andrómeda que mandó colocar la escultura en uno de los lugares más destacados de los jardines palaciegos de Versalles.

Puget despliega en este grupo de Perseo y Andrómeda toda la desbordante energía de la que era capaz, derivada de su atormentado temperamento. Juega con los desequilibrios y con los movimientos inversos: el gigantismo de Perseo frente a la pequeñez de Andrómeda, la fuerza del héroe frente a la sensualidad de la princesa, cuya figura fue el único desnudo femenino esculpido por Puget en toda su trayectoria escultórica.

 

 
 
Foto: Karina Verigina

 

Podemos ver a Perseo detrás de Andrómeda rompiendo con su mano derecha la cadena que, unida a una roca, la aprisiona. El héroe lleva el casco alado de Hermes y una espada. Andrómeda se halla extenuada, con los párpados caídos y los labios vueltos hacia abajo. Su cara y sus carnes muestran las redondeces propias del criterio de belleza de la época. En la parte inferior de la escultura, Cupido, arrodillado, ayuda a Perseo tirando de las cadenas. Junto al amorcillo vemos sus alas, así como la espada y el escudo de Perseo. La cabeza de Medusa, concebida con la horrible fealdad propia de la gorgona, está a los pies de la estatua. 

En realidad, el conjunto es una alegoría de Luis XIV y del saludable estado del reinado del monarca absolutista. Perseo, personificación del "rey sol", acoge victorioso en sus brazos a Andrómeda, la cual simbolizaría a una Francia que no podría estar en mejores manos que en las de su poder real.

En 2013, con motivo del cuarto centenario del nacimiento de André Le Nôtre, el famoso paisajista de Luis XIV que compuso los parques y jardines de Versalles, dos copias del Milón de Crotona y del grupo de Perseo y Andrómeda, cuyos originales fueron llevados en el siglo XIX al Museo del Louvre, donde actualmente se conservan, fueron colocadas en los lugares de honor que ocupaban las primitivas en Versalles. Las copias, realizadas en resina con polvo de mármol, fueron realizadas por el departamento de moldes y calcografía de la Réunion des Musées Nationaux y son bastante fieles a las dos obras maestras del marsellés.

 

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