Este Calvario se halla formado por las figuras de Cristo, la Virgen, San Juan y la Magdalena. El conjunto mide 174 x 18 x 39 cm. Se conserva en el Museo de la Garrocha, procedente de la casa solariega de los Vayreda (Olot). La familia conservaba el recibo firmado por Amadeu, pero se perdió. Estilísticamente, es una obra en madera policromada, realizada entre 1809 y 1814, que se asocia perfectamente al canon estilístico de Amadeu.

El Cristo (150 x 64 x 18 cm) se halla representado todavía vivo, quizás en actitud de pronunciar la última de sus famosas "siete palabras" en la cruz. La boca entreabierta, la nariz afilada, las cejas y los cabellos, remiten directamente a otras obras del escultor catalán, como el rostro del Ecce Homo analizado en la anterior entrega o el rostro del Cristo del grupo de la Piedad del templo de Sant Pere en Figueres (Girona).

La Virgen María (58 x 25 x 20 cm), de pie y calzada con sandalias, con la mirada elevada para contemplar el atormentado semblante de Jesús, nos hace pensar en la Dolorosa que se custodia también en el Museo de la Garrocha o en la desaparecida Dolorosa barcelonesa de Sant Genís dels Agudells. Al igual que el resto de figuras, posee unos ropajes policromados en tonos monocromos.

Las posturas de los otros dos personajes recuerda la de los niños de los Desamparados del templo de Santa Maria del Pi (Barcelona); en concreto, el llanto de la Magdalena (42 x 21 x 24 cm) también nos lleva hacia el de sus ángeles plañideros, como los de la antigua Cofradía de los Veleros (Barcelona).

Mención especial de este Calvario merece el San Juan (60 x 21 x 22 cm), cuyo modelo parece estar en una pequeña terracota policromada (36,5 x 14,5 x 15 cm) que desde 1912 está en el Museu Nacional d'Art de Catalunya procedente de la colección Gelabert (imagen inferior). Posee las manos juntas en actitud orante, rasgo infrecuente en el santo que ha hecho que se confunda con un Cristo rogando en el huerto de Getsemaní.