Esta imagen mariana de Ramón Amadeu, una de las más populares de su prolífica trayectoria, está representada en el acto de acoger bajo su manto a dos niños que le piden cobijo. Constituye una representación habitual de los Desamparados pero tratada por el escultor catalán de una forma muy original y realista.

La imagen de la Virgen de los Desamparados (Mare de Déu dels Desemparats) es de fecha indeterminada pero anterior a 1807, tal y como se desprende una visita del barón de Maldà al taller del escultor, quien afirma haberla realizado. Es imagen de vestir, de forma que solo tiene tallados en madera la cabeza, las manos y los brazos, siendo el resto de telas encoladas, a lo que hay que sumar los tejidos naturales superpuestos.

Según la bisnieta de Amadeu, transmitido su testimonio por vía oral a través de su familia, la niña arrodillada a los pies de esta virgen era su abuela Manela, que pedía perdón después de una travesura. Hay que tener en cuenta que Manela nació a finales de 1775, por lo tanto, el apunte de este episodio se situaría hacia 1785, pero la obra podría datarse entre este año y 1798, cuando realiza la desaparecida imagen de San Jerónimo Emiliano, grupo con un niño y una niña arrodillada que toma el mismo modelo de los Desamparados.

Se venera en una capilla de la basílica barcelonesa de Santa Maria del Pi, sede de la Real e Ilustre Cofradía de los Desamparados desde 1568. En origen dicha capilla estaba dedicada a los santos Andrés y Antonio Abad. Dicha asociación fue fundada en Barcelona en el siglo XIV con el fin de recoger y sepultar los cuerpos de los ajusticiados que permanecían en el patíbulo a merced de las bestias. Junto con la Archicofradía de la Purísima Sangre y la Hermandad de Paz y Caridad, también establecidas en Santa Maria del Pi, eran las instituciones a cargo de esta función social y caritativa, llegando a tener una gran trascendencia en la ciudad.

Hacia la segunda mitad del siglo XVIII hubo un incendio en la capilla que destruyó el primitivo retablo y la imagen del siglo XVI. Un tiempo después se hizo uno nuevo en el que colaboró Amadeu con la nueva titular. El altar, retablo y lámparas se rehicieron en 1910 por el arquitecto Juli Fossas a expensas de la condesa de Llívia.

Se conocen al menos otras dos versiones de la Virgen de los Desamparados, ambas de menor tamaño: una también en Santa Maria del Pi, citada por Balbuena, no al culto y al parecer perdida, y otra actualmente en la colección del Museu Marès que se fecha en torno a 1806-1814 y es estilísticamente atribuible a Amadeu.