LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE (VI)

29/10/2023


 

 

El altar de la capilla de las reliquias (o del tesoro) de la pontificia basílica de san Antonio de Padua es una magna obra barroca diseñada por el escultor genovés Filippo Parodi (1630-1702), uno de los mejores discípulos de Gian Lorenzo Bernini. Fue encargada en 1689 y concluida en 1694, contando Parodi en su ejecución con la crucial colaboración de su yerno, Jacopo Antonio Ponzanelli, y de varios miembros de su taller.

El ático de esta grandiosa estructura arquitectónica, que lleva mármoles de distintos tonos, estuco, dorados y policromía, se remata con la apoteosis o gloria de san Antonio de Padua (labrada en mármol por Parodi) entre una fila de ángeles músicos y querubines (labrados en estuco por Pietro Roncaioli). A sus lados, dos episodios místicos fundamentales en la vida del santo lisboeta: el tránsito bendito a la izquierda y la aparición del Niño Jesús a la derecha. Delante del altar, en lugar de la típica mesa, se levantó una balaustrada provista de esculturas a tamaño natural: los santos Francisco de Asís y Buenaventura, y las representaciones alegóricas de la Fe, la Caridad, la Humildad y la Penitencia.

Como hemos dicho, el conjunto fue proyectado por Parodi, quien también llevó a cabo las principales esculturas, a excepción de las alegorías de la Fe y la Caridad, que fueron realizadas por Ponzanelli. Todo este aparato responde a un meditado plan iconográfico, encaminado a exaltar la santidad antoniana y, sobre todo, a magnificar indirectamente la Orden Franciscana, poniendo fuerte énfasis en la dimensión penitencial.

El altar alberga decenas de relicarios, cálices, exvotos y manuscritos autógrafos de santos, destacando el relicario ejecutado por Giuliano de Florencia (1436), discípulo de Lorenzo Ghiberti, que conserva la lengua incorrupta de san Antonio; el del mentón, labrado por un artista paduano anónimo en 1349, con ampliación del siglo XV; el de Carlo Balljana (1981), que contiene el aparato vocal encontrado durante el último reconocimiento, y el de Roberto Cremesini (1982) que contiene un hueso del pie, un fragmento de piel y cabellos del santo.

También custodia la capilla el hábito de san Antonio de Padua y la caja que contenía sus restos mortales. A ello hay que sumar el llamado "relicario de la cruz de cristal", obra renacentista que data de 1436-1437 y fue realizada por Gian Agostino Elini y Giovanni Fabbro; el gran incensario en plata dorada de Marco Baldi (1440), y objetos litúrgicos de gran valor (píxides, patenas, misales, etcétera), entre otras numerosas piezas.

 

 

Fotos: Didier Descouens

 

Anterior entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com