El Maestro de Becerril es una de las personalidades más destacadas del llamado Primitivismo Castellano, de los seguidores de Pedro Berruguete y Juan de Flandes. El nombre le viene dado por el retablo de San Pelayo que, procedente de la iglesia de esta advocación, existía en Becerril de Campos (Palencia). Hoy dicho retablo, considerado la obra más destacada del maestro y pauta para adjudicar a este artista otras obras conservadas en distintas ubicaciones, se encuentra en la Iglesia del Sagrario de Málaga.

El retablo, fechado en torno al año 1530, se instaló donde está ahora en 1944, en sustitución de otro destruido en la Guerra Civil. En Becerril de Campos, el retablo se adecuaba a un ábside poligonal. La adaptación al templo malagueño llevó aparejado un cambio en sus elementos arquitectónicos horizontales -cornisas y arquitrabes- que fueron corregidos y repuestos en su mayoría.

En el nuevo montaje se alteró la colocación exacta de los elementos constructivos en su lugar de origen, se transformó el frontón del ático, que antes era más apuntado, se añadieron bustos de ángeles y tableros de fondo dorado y se suplementó todo con un nuevo banco dorado y policromado.

La monumental fábrica, cuyas medidas son 11,42 x 8,48 metros, se halla realizada en madera de pino, aunque los relieves y las esculturas que lo ornamentan son de nogal.

El informe de restauración emitido por la Junta de Andalucía, a raíz de la intervención llevada a cabo por la empresa Coresal entre los años 1993 y 1994, atribuyó el retablo a Juan Ortiz el Viejo, adelantó su fecha de ejecución a finales de la década de 1540 y estableció que procedía de la Iglesia de San Pedro de la localidad palentina, lo cual se fundamentó tanto por la existencia de antiguas fotografías como por el programa iconográfico que desarrolla la decoración escultórica en torno a la vida de San Pedro y San Pablo.