FRANCISCO RIBALTA (V)
OBRAS PARA LOS RETABLOS DE ALGEMESÍ
Con información de Joan Carles Gomis
Ribalta llegó a Valencia de la mano de Juan de Ribera para trabajar en la capilla del Colegio del Corpus Christi. Pero antes, y a modo de prueba, se le destinó a Algemesí, una pequeña localidad junto al Júcar, para ver qué tal resolvía el encargo y ver si estaba preparado para trabajar en Valencia. Su obra en Algemesí fue el inicio de su brillante obra durante el Barroco de la etapa más naturalista. El pintor contrarreformista buscaba acercar la pintura a la realidad de la gente y huía de la idealización del Barroco anterior, muy influenciado por el Renacimiento. Ribalta legó a Algemesí una obra de incalculable valor. La historiografía tradicional considera que el pintor se encuentra ya en Algemesí el 1603, pero Enric Olivares ha tenido en cuenta la partida de bautismo de Vicenta Anyés, según la cual "Francisco Ribalta, pintor" aparece como padrino de esta niña, hija de Vicent Cardell, dorador de retablos, producido el 22 de enero de 1599, lo cual hace replantearse los datos de llegada del artista a Valencia. Según apuntó en su día Fernando Benito, dicha llegada se podría haber producido con la comitiva regia que vendía para efectuar los preparativos del matrimonio de Felipe III, el 2 de febrero de 1599. Todo ello se relaciona con las sugerencias apuntadas por Darby y Kowal, según los cuales Ribalta podría haber llegado a Valencia en septiembre de 1597. Ribalta vivió en Algemesí entre 1603 y 1605, instalando su taller, tal como se cree tradicionalmente, en la casa del Diezmo. En 1605 volvió a Valencia para trabajar en el Corpus Christi, pero en 1608 ó 1609 debió regresar a Algemesí para finalizar el inconcluso retablo mayor de la parroquia -hoy Basílica Menor de San Jaime Apóstol- y realizar otras pinturas, quedando grabados sus últimos pagos en 1610. Actualmente, a partir de varios estudios sobre Ribalta y sus seguidores más inmediatos, puede afirmarse que, frente a las especulaciones planteadas por algunos historiadores del arte, las pinturas de los retablos de San José y San Vicente Ferrer del mismo templo son también obra de Ribalta y no de su círculo. Nadie salvo Ribalta podía pintar así en aquel momento en Algemesí. Es cierto que en algunos detalles o zonas de los mismos puede comprobarse la colaboración -incluso, en alguna obra en particular, la autoría- de algún discípulo; pero ello constituye el trabajo del taller, en definitiva. Al respecto, se sabe que Ribalta tenía en 1603 un ayudante o mancebo que probablemente debió de trasladarse con él a Algemesí. Este podría ser Salvador Castelló -que posiblemente falleció antes de 1607- e iría acompañado de su hijo Vicent -que se cree nació al poco de 1585-, o bien directamente el ayudante sería este último. En cualquier caso, es bien cierto que Vicent Castelló posee una obra artística y un estilo consolidado que permite diferenciarlo de su maestro. Antes de que la iglesia de San Jaime fuera saqueada, se extrajeron las pinturas de los retablos y se llevaron a Xàtiva. Sin embargo, una vez finalizada la Guerra Civil, en Algemesí volvieron varias obras de Ribalta, las de mayor formato; en cambio, la mayoría de las más pequeñas desaparecieron, cosa que hizo que mucha gente dijera que los cuadros habían sido quemados, igual que las numerosas obras religiosas locales. Seguramente no todo fue quemado y algunas obras ribalteñas, sobre todo las de menor tamaño y menos recordadas, más asequibles al transporte y a la evasión, fueron sustraídas. De hecho, en 2010 apareció en una casa de subastas madrileña El Sueño de San José, una tabla de 40 x 70 cm perteneciente al retablo de San José. El caso es que, por las fotografías antiguas (imagen inferior) y la descripción de aquellos que lo vieron en su conjunto original, sabemos que el retablo mayor estaba compuesto por 19 pinturas -algunas sobre lienzo y otras sobre tabla, las cuales representaban conocidos pasajes de la vida del apóstol Jaime (Santiago), escenas del Nuevo Testamento e imágenes conceptuales de diversos santos- y de todas ellas sólo se conservaron 6 después de que el retablo fuera destruido en 1936. Además de las pinturas realizadas por Ribalta, decoraban el conjunto y completaban su programa discursivo algunas imágenes talladas en madera. El armazón de madera del retablo, las esculturas y las pinturas que sustituyeron las obras perdidas de Ribalta, fueron realizadas durante la restauración llevada a cabo entre los años 1951 y 1954, destacando en ella los lienzos pintados por José Segrelles. Sin embargo, a pesar de haber completado los espacios vacíos, su inclusión restó unidad estilística y coherencia iconográfica al conjunto, pues su elección nada tenía a ver con el programa visual originario ejecutado por Ribalta, quien se sirvió formalmente de la composición realizada en 1571 por Juan Fernández de Navarrete "el Mudo" en el monasterio de El Escorial. La estancia de Francisco Ribalta en Algemesí coincide con el momento de transición del uso de la madera al uso de la tela como soporte pictórico por parte del artista. Ribalta, cuando trabaja en las obras para Algemesí, empieza a poner en práctica todas aquellas tendencias pictóricas que se desarrollarán a lo largo del siglo XVII, pero sin abandonar todavía el proceso de elaboración tradicional hasta entonces. En 2015 Alicia Hernández y Òscar Benavent restauraron las tablas del retablo de San José para la empresa Art i Restauració S.L. Como daños más reseñables presentaban golpes, roturas y pérdidas de los marcos, aparte del natural envejecimiento y degradación de los materiales. Probablemente estos golpes y roturas fueron causados en el intento precipitado de salvarlos del incendio acaecido en la iglesia en vísperas de la Guerra Civil. Por otra parte, también presentaban daños causados por una antigua limpieza demasiado agresiva, sobre todo en las escenas inferiores. Otros daños importantes estaban relacionados con la estructura de refuerzo de las tablas: los travesaños originales en aspa y horizontal central habían sido retirados y reemplazados por láminas de hierro atornilladas. Esto se les eliminó y se les repuso una estructura de travesaños igual a la original. Para Leticia Ruiz Gómez, Jefe del departamento de Pintura Española del Renacimiento del Museo Nacional del Prado de Madrid, el conjunto de Algemesí es el más ambicioso encargo que hasta la fecha había conseguido Ribalta, en un momento de madurez plena y en donde recuperó de forma muy explícita las enseñanzas aprendidas en el Monasterio de El Escorial; además de Navarrete "el Mudo" (La Degollación de Santiago), las composiciones derivan directamente de obras de Durero (El Lavatorio) o Tibaldi y Cambiaso (La Batalla de Clavijo), incluyendo sugerentes efectos lumínicos y un sentido del color muy notable, así como una expresividad en las figuras en exceso forzada, pero de una enorme eficacia visual, teatral muy efectista y aleccionadora. |
FUENTES GOMIS CORELL, Joan Carles, L'Obra Pictòrica de Francesc Ribalta a Algemesí, publicación editada por el Ayuntamiento de Algemesí (València), 2006, p. 38. FELICI CASTELL, Andrés y ORTEGA FERRER, Maria. "El Somni de Sant Josep de Francesc Ribalta a Algemesí. Una obra retrobada arran de la seua desaparició durant la Guerra Civil", artículo publicado en la revista Ars Longa, nº 21, Universitat de València, 2012, pp. 215-232. OLIVARES TORRES, Enric. "Nuevas lecturas en torno al retablo mayor de San Jaime apóstol de Algemesí", artículo publicado en la revista Imago, nº 2, Universitat de València, 2010, p. 98. http://arterestauracion.com/retablos-2/retablo-de-san-jose-de-francisco-ribalta/ |
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