RODIN. OBRA SACRA (V)
LA CATEDRAL

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

La catedral está expresada en esta obra por un par de manos unidas en la plegaria. El propio Rodin afirmó que, tras descubrir en la ojiva el principal elemento de la arquitectura gótica, quiso expresar con estas manos unidas en la oración, dibujando una forma ojival, una forma equivalente a la catedral.

La composición escultórica se halla formada por dos manos derechas que pertenecen a dos personas distintas, un hombre y una mujer, curvándose una hacia la otra en forma de bóveda. El tema de la fragmentación y el movimiento en la trayectoria de Rodin reúne simulacros de manos y bailarinas que plasman figuraciones y volúmenes precursores del vanguardismo en la escultura.

El original, conservado en el Musée Rodin de París, fue labrado en piedra (64 x 29,5 x 31,8 cm), dejando de nuevo el autor a conciencia las huellas de las herramientas en el material. Posteriormente se hicieron numerosas versiones del mismo, sobre todo en bronce.

En principio la obra se tituló El arca de alianza, adoptando el título por el que mundialmente se la conoce a raíz de Catedrales de Francia (1914), una publicación de Rodin en la que el artista plasmó su pasión por la catedral gótica como un extraordinario logro artístico, así como por el arte clásico y la convulsa belleza presente en la obra de su admirado maestro Miguel Ángel Buonarroti.

Esta obra forma parte de un conjunto de manos, talladas principalmente en mármol después del año 1900, al que pertenecen también las comentadas La mano de dios y La mano del diablo. Todas ellas subrayan el enorme interés de Rodin por esta parte de la anatomía humana, a la cual aísla para darle una vida autónoma.

 

 

Nota de La Hornacina: con información y fotografías del Musée Rodin de París.

 

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