La actual patrona de Valderrubio (Granada), donde es venerada en el templo parroquial de la Purificación con el título de Nuestra Señora de Gracia, responde originalmente a la iconografía de la Virgen de Belén. En cuanto a su origen, todo se reduce a meras conjeturas aunque la tradición oral sostiene que pudiera provenir del extinto Convento de Mercedarios Descalzos de Granada, extremo este aún por contrastar.

Según Valiñas López, no existe presencia de documentos que certifiquen la autoría del maestro de Exfiliana, pero el análisis estilístico no deja lugar a dudas: movimiento amplio de los paños, policromía rica y contrastada con reveladoras corlas y simulación de encajes florales sobre el dorado mediante sutil punteado, facciones acusadas, tratamiento del pelo que se torna ensortijado a media altura de la cabeza, etcétera.

Martínez Justicia refiere esta obra como propia de Peral, con una composición muy clásica, piramidal y de líneas cerradas, tanto desde el punto de vista formal como expresivo. De lo más destacado de la misma es su policromía a pulimento que se muestra equilibrada y contrastada. Así, destaca el tono marfileño brillante enjaezado con discretos detalles florales en oro que contrasta con el azul del manto, muy similar al de Santa María de la Alhambra. Dicho manto aparece galonado en oro, muy al gusto de Peral, ejemplificándose además en él lo que Orozco Pardo denominó "pliegues-masa", dada su ampulosidad y movimiento que, por otra parte, se contiene algo más en esta obra, quizá motivado por el intimismo del tema.

Sedente y con el Niño Jesús en su regazo, en opinión de López-Muñoz esta obra sintetiza los rasgos más característicos del arte de madurez de Peral, cercana en el tiempo a la Virgen de las Angustias de la Alhambra (mediados del siglo XVIII). Se trata de una obra que a pesar de carecer de documentación reveladora de su posible autoría, su estilo es netamente sugerente de la gubia de Torcuato Ruiz del Peral.