En la imagen del Nazareno de Castril (Granada), de candelero para vestir, podemos encontrar claramente las formas escultóricas de Ruiz del Peral, aun siendo evidente que la figura ha sido retocada, no con mucha fortuna, en varias ocasiones. Por ejemplo, según el escultor Ángel Asenjo, sus ojos no son los originales de cristal pintados a mano, sino industriales y colocados en una intervención practicada en el siglo XX.

Los caracteres son idénticos a los de otras piezas del escultor, de ahí que haya sido atribuida a Peral por el profesor Miguel Ángel León. Ciertamente la atribución está justificada, sobre todo por los rasgos faciales de la imagen, que son los que mostramos en el presente estudio, ya que el resto del cuerpo, de calidad muy inferior, sea posiblemente de otro autor y de una época posterior. Según información facilitada por Javier Martínez, la restauración tras los destrozos sufridos en la Guerra Civil corrió a cargo de Navas-Parejo.

Lo anterior no sería de extrañar, ya que en la localidad de Castril circula la "leyenda" de que lo único que se conservó de la imagen del Nazareno fue la cabeza: se cuenta que una señora del pueblo dijo que se la llevaba para quemarla y así poder calentarse, pero en realidad la guardó y luego la devolvió. De manera que si aceptáramos la leyenda como real podríamos hallar la explicación a la diferencia de estilo entre ambas partes de la imagen. Las manos, mucho menos expresivas y definidas, se añadieron con posterioridad.

La escultura se venera en el templo parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles. En un inventario parroquial del año 1852, ya es mencionado el Nazareno, y en otro de principios del siglo XX, sin datar, se añade que la imagen es "de mérito artístico". Es imagen procesional que representa a Cristo cargando con la cruz y solo tiene talladas las partes del cuerpo visibles. Forma parte de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores.