Cuando casi había alcanzado el Calvario, Jesús cae por tercera vez. Es la peor caída de las tres porque las fuerzas le fallan ya completamente y transcurre un tiempo hasta que los soldados le levantan. Será entonces cuando, para evitar su muerte antes de tiempo, reclamen la intervención de Simón de Cirene. Nada nos dicen los evangelios de estas caídas, pero hay que suponerlas por el estado en que Cristo debía encontrarse.

Con la imagen de Jesús de la Salud el escultor Luis Ortega Brú (San Roque, Cádiz, 1916 - Sevilla, 1982) realizó un Nazareno más humano que nunca. Aparece caído en tierra por el peso del madero, casi exánime, sin fuerzas físicas para levantarse tras haber sufrido terribles torturas, abandonado por los apóstoles y brutalmente vejado por sus verdugos, lo que horada también su fortaleza moral. Jesús deja patente que es también en parte un hombre con un alma humana y con un cuerpo tan limitado y vulnerable como el nuestro.

Sin embargo, la naturaleza divina de Cristo se manifiesta al levantar vigorosamente la cabeza, pese a estar exhausto, para reclamar al Padre la fuerza necesaria con la que culminar su andadura al lugar donde será crucificado. Una fuerza parecida al favor que los fieles le piden cuando acuden a sus plantas, especialmente los enfermos que, en atención a su advocación, imploran al Nazareno buscando su curación.

Luis Ortega Brú realizó esta obra entre 1963 y 1964 para la Hermandad de la Salud de Rota, confiriéndole su inconfundible nervio expresionista a través del patetismo miguelangelesco de la composición, la tensión extrema de la musculatura y el torturado expresionismo gestual. El gran tamaño de la roca sobre la que se apoyaba hizo que, desde su llegada a la localidad, sus gentes lo conocieran popularmente como el "Cristo de la Piedra". En 2013 estrenó un nuevo risco labrado por el roteño Rafael Verano Toraño, también de grandes dimensiones.

Precisamente Rota había sido un lugar de inolvidable recuerdo para Brú pues allí se le comunicó su libertad definitiva. El artista había sido detenido en 1939 por formar parte del ejército leal a la República y un año después fue condenado a tres años de prisión por un delito de auxilio a la rebelión. Estuvo trabajando como soldado trabajador penado en diferentes ubicaciones de la geografía española hasta que en junio de 1943 se documenta su libertad completa desde el campo de penados de Rota "La Almadraba". Aunque su condena tenía que haber acabado el 13 de enero de 1943, estuvo retenido hasta el mes de junio de ese año.

Su obra Jesús de la Salud, de 185 cm de altura, fue restaurada en 1985 por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro, que además le realizó una nueva peana y un nuevo cuerpo provisto de brazos articulados y acorde con sus extremidades. Un año antes Miñarro había tallado la Virgen de la Caridad, dolorosa titular de la corporación, su primera obra escultórica importante en la que se aprecia bastante el legado formativo de su maestro Francisco Buiza. De Miñarro es también el San Juan Evangelista (2004) que acompaña a la Virgen en su paso de palio, donado por el imaginero, y unos ángeles que figuran en las andas del Nazareno.

Dicho paso procesional es una interesante obra en madera teñida de oscuro del tallista sevillano Manuel Guzmán Bejarano (1962). Es neobarroco, de líneas rectas, y se alumbra con cuatro faroles octogonales cincelados por Orfebrería Triana. Fue restaurado en 1994 por Manuel Caballero Farfán en los talleres sevillanos de Carpintería Religiosa, donde se le dotó además de una nueva parihuela. Tiene capillas con imágenes talladas por Manuel López. El llamador representa la fachada principal de la Capilla de la Caridad, apodo con el que es conocida por los roteños la Capilla de San Juan Bautista, sede canónica de la Hermandad de la Salud.