Esta imagen mariana fue restaurada en Sevilla entre los años 2013 y 2014 por los restauradores Fuensanta de la Paz Calatrava y Antonio García Guerrero. El proceso de restauración desveló, entre otros detalles, datos desconocidos como el tipo de madera en el que está tallada la imagen (cedrela odorata), así como el resultado de la prueba del carbono-14 que permitió situar la antigüedad de la ejecución de la talla, con un 95% de probabilidad, entre los años 1577 y 1580, una vez hechos los ajustes de la horquilla resultante.

La Virgen de la Salud en su Soledad posee los ojos de cristal, la boca entreabierta en un suspiro contenido de dolor, la mirada ligeramente alta y un suave giro del rostro y el cuello hacia su izquierda, lo que enfatiza sin excesos su expresión dolorosa. Las manos, extendidas, están resueltas con exquisita elegancia.

Su bendición tuvo lugar el 7 de diciembre del año 1997, culminando así un proceso que se puso en funcionamiento el 30 de abril de ese mismo año, cuando la Hermandad de la Vera+Cruz de Linares (Jaén) recibió, como donación de un grupo de hermanos, el busto y las manos de una talla que, pese a su pésimo estado de conservación, dejaba ver su gran calidad artística y antigüedad.

Dicha obra había sido adquirida en la Bienal de Anticuarios de Úbeda del año 1997. El 31 de mayo, en cabildo extraordinario celebrado al efecto, la Hermandad de la Vera+Cruz aceptó por unanimidad la donación de la imagen realizada por el referido grupo de hermanos para incorporarla como nueva titular mariana de la cofradía. De cara a su bendición, y dado su gran deterioro, fue restaurada ese mismo año por José Luis Ojeda.

En 1998 José María Moreno Pérez relacionó la Virgen de la Salud en su Soledad, por los rasgos de su ejecución y la encarnadura de la talla, con uno de los grandes talleres sevillanos del siglo XVIII cercanos al academicismo andaluz, siendo una representación de mujer adulta, muy lejos de las facciones adolescentes.

Diez años después otro investigador vinculado a la Hermandad de la Vera+Cruz de Linares, Francisco Julio Bravo Nájera, afirmó que se trataba de la anterior titular mariana del misterio de la Hermandad de la Quinta Angustia de Sevilla (ver enlace inferior). De dicha imagen, reemplazada por la actual del escultor Vicente Rodríguez-Caso (1934), no se tienen datos desde 1935, cuando fue sustituida -también por decisión unánime de un cabildo extraordinario de hermanos-, aunque era intención de la corporación rendirle culto.

Respecto a la autoría de la antigua dolorosa de la Quinta Angustia, quizás corresponda, como el resto del misterio, al taller de Pedro Roldán, aunque las fotografías antiguas de la misma dejan entrever, con las debidas reservas, que sus formas y calidades no son las mismas que las de las demás figuras. Tampoco parece que su estilo case con el de Pedro Nieto, autor en 1633 del anterior grupo escultórico. De ser cierta la teoría de Bravo Nájera, y a tenor de las pruebas realizadas a la talla de la Vera+Cruz de Linares durante su última restauración, podría tratarse de una obra aún más antigua, aunque con retoques posteriores. Consta que el escultor Gabriel de Astorga intervino el misterio en 1854, pero se desconoce el alcance que pudo tener en la Virgen.

En cualquier caso, no hay que confundir dicha talla con la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación que Juan Martínez Montañés hizo en principio para la Hermandad de Pasión, si bien finalmente fue regalada por el escultor a la del Dulce Nombre de Jesús -de la que él y su mujer, Ana de Villegas, se hicieron hermanos-, fusionada en 1851 con la de la Quinta Angustia, la cual la conserva en sus dependencias aunque muy retocada a lo largo del tiempo, sobresaliendo especialmente el valor artístico de sus manos. Entre otras reformas, a dicha imagen en el siglo XX se le suprimió el candelero y pasó a ser un busto provisto de telas encoladas.