SALUS INFIRMORUM (XXV) LA ADVOCACIÓN DE LA SALUD EN LA ESCULTURA SACRA ANDALUZA
CRISTO DE LA SALUD - SEVILLA (CARRETERÍA)
17/05/2020
Foto: Hermandad de la Carretería |
Como bien aprecia Roda Peña, durante mucho tiempo se vinieron atribuyendo al escultor e imaginero Francisco de Ocampo y Felguera los crucificados de la Salud y del Desamparo y Abandono, titulares respectivos de las hermandades de penitencia sevillanas de la Carretería y del Cerro del Águila, pero ambos no pertenecen al catálogo del artista nacido en Villacarrillo (Jaén). Indudablemente, en ambos casos hablamos de imágenes realizadas en el primer tercio del siglo XVII, de severa expresividad y cuerpos de alongadas proporciones. El referido historiador sevillano considera que su realización corresponde a dos escultores diferentes, aunque estilísticamente se hallan vinculados a la órbita artística de Juan Martínez Montañés, el gran maestro de Francisco de Ocampo. El Cristo de la Salud, cuya gruesa corona de espinas está tallada sobre el propio bloque craneal, se caracteriza por la reciedumbre de unas varoniles facciones hebreas que, en el caso del crucificado titular de la Cofradía del Cerro del Águila, se encuentran mucho más rejuvenecidas. Fue Torrejón Díaz quien relacionó con gran acierto al titular de la Carretería con el Cristo de la Buena Muerte, de la Hermandad de los Gitanos de Utrera. Ambos representan una matización estilística con respecto al Cristo del Calvario tallado por Ocampo a semejanza del montañesino de la Clemencia, persistiendo huellas del alcalaíno en la anatomía y el sudario. Cabellos, barbas y rostros son también muy similares, siendo más acusado el gesto de dolor en la escultura utrerana, objeto de una reciente restauración por Juan Manuel Miñarro. |
Foto: Juanjo Sánchez |
El 19 de febrero de 2020 los hermanos de la Carretería aprobaron la restauración de su titular cristífero por Pedro Manzano Beltrán, lo que permitirá, además de las necesarias reparaciones, un profundo estudio que precise más datos sobre una talla cuya última intervención fue realizada por el recientemente fallecido José Rodríguez Rivero-Carrera tras el percance sufrido en la estación de penitencia de 1991, cuando al levantar en una ocasión el paso la imagen del Cristo cayó hacia delante, impactando sobre la efigie de San Dimas. El misterio al que pertenece representa las Tres Necesidades de María al pie de la Cruz: escaleras para descender al hijo, sudario para amortajarlo y sepulcro para enterrarlo. Está formado por las figuras del Cristo de la Salud, la Virgen con la advocación de la Luz, los ladrones crucificados, los santos varones sujetando las escaleras para descender a Cristo, San Juan y las tres Marías. Es la representación del Calvario más completa de cuantas procesionan en Sevilla. Todas las figuras son de Pedro Roldán y otros miembros de su taller como Luis Antonio de los Arcos, a excepción del crucificado y la Magdalena, talla del XVIII relacionada con el círculo de Duque Cornejo. Esta última obra fue incorporada en 1886, cuando la primitiva dolorosa del misterio, la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad (Alonso Álvarez de Albarrán, 1629), pasó a procesionar bajo palio y una de las Marías se convirtió, añadiendo lágrimas y cambiando el candelero, en la actual Virgen de la Luz. Las andas procesionales, únicas en la Semana Santa, fueron realizadas en 1922 por Guillermo Muñiz, quien las concibió de una manera totalmente inusual, inventándose un diseño que no se ubica en ninguno de los estilos habituales. Muñiz las ejecutó en la capilla de la corporación, en madera de pino, y tardó cuatro años en terminar un paso que, en principio, iba a ser dorado, aunque finalmente se tiñó de oscuro para darle la apariencia de la caoba vieja. Entre sus singularidades destacan la ausencia de cartelas, la gran fuerza de la talla con una profunda hondura de la gubia o las garras de águila en las que terminan los zancos. Al ser restaurado el paso entre 2010 y 2011 por el taller de los Hermanos Caballero, sus responsables llegaron a la conclusión, después de estudiarlo, que Muñiz cogió unas ramas de cardo y dejó que se secaran. Del resultado de ese experimento, y de la forma que tomaron, se inspiró para un diseño a todas luces único y excepcional. |
Foto: Hermandad de la Carretería |
FUENTES RODA PEÑA, José. "Crucificados escultóricos sevillanos entre el Renacimiento y el primer naturalismo barroco", en AA.VV. En torno al réquiem de Tomás Luis de Victoria ensayos sobre arte, música y pensamiento, Departamento de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, 2015, p. 63. https://www.diariodesevilla.es/cofradias-sevilla/nuevo-paso-Carreteria_0_552544755.html GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y RODA PEÑA, José. "Imagineros e imágenes de la Semana Santa sevillana (1563-1763)", en AA.VV. Las cofradías de Sevilla en la modernidad, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1988, p. 170. |
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