NICOLÁS SALZILLO - 350 ANIVERSARIO
SAN MIGUEL ARCÁNGEL

26/03/2022


 

 
 
Foto: Pascual Egea

 

El día 5 de noviembre del año 1708 contrata Nicolás Salzillo con el cura párroco de la iglesia de San Miguel, y con los feligreses, la hechura del patrón de la parroquia con el fin de colocarla en la iglesia nueva que a la sazón se estaba construyendo. San Miguel Arcángel es una escultura de madera policromada, dorada y estofada y el conjunto completo tiene unas dimensiones de 227 x 134 x 131,5 centímetros.

La tipología iconográfica del arcángel estaba muy definida, y con ligeras variantes representan la figura del arcángel desde Alonso de Mena a Juan Martínez Montañés o Pedro Roldán, ajustándose, más o menos, a las recomendaciones que dicta Francisco Pacheco en su libro sobre pintura, en el sentido de la conveniencia de representar a San Miguel vestido de militar romano en actitud de combatir al demonio.

Si además de lo anteriormente expuesto consideramos que a Nicolás Salzillo se le impone la condición de que tiene que ajustarse en medidas, atuendos y otros detalles compositivos a otra imagen del santo que se encontraba en casa del arcediano de Lorca, Diego Fernández de Madrid, poco queda, según Sánchez-Rojas Fenoll, por realizar al espíritu creativo del escultor. La historiadora cree pues que esta imagen murciana es una réplica exacta del modelo impuesto, evitando Nicolás el plantearse problemas de composición o estilo, y dejándose llevar por su innata habilidad de copista traza una correcta armadura, completada por el vistoso morrión con plumas de indudable efecto decorativo.

La actitud convencional y un tanto hierática del arcángel se contrapone con la mucho más suelta y lograda del demonio, apuntándose aquí un detalle que veremos repetirse en otras composiciones del capuano como la Santa Catalina. Son superiores en calidad, tanto de modelado como de composición, estas figuras que pudiéramos llamar secundarias: el Demonio en el caso de San Miguel o la cabeza que aplasta Santa Catalina.

Fernández Labaña considera que el entrecejo que presenta el rostro del demonio es una peculiaridad de Nicolás Salzillo, así como la forma que presenta su dedo meñique, siempre reflejado como si estuviese ligeramente inflamado en su parte más alta, como si tuviese un callo.

La imagen se colocó definitivamente en el nuevo templo el 8 de mayo de 1712. Posteriormente sufrió reparaciones en su policromía: en 1802 la restauró el escultor José López, discípulo de Francisco Salzillo, y en 1864, tras el derrumbamiento de la cúpula y parte del ábside de la iglesia, se volvió a retocar la imagen del titular.

 

 
 
Foto: Alejandro Palencia

 

En septiembre de 2019, este grupo escultórico de San Miguel Arcángel regresó a su parroquia murciana tras dos años y medio de intervención en el Centro de Restauración de la Región de Murcia (CRRM). Supuso uno de los trabajos de mayor duración llevados a cabo en dicha institución dado el deficiente estado de conservación que presentaba en el momento de ser intervenido. Los trabajos de restauración han consistido en primer lugar en dividir el conjunto en las tres piezas: la figura del arcángel, la del demonio y la peana donde descansan estas dos imágenes. Una vez fragmentado el grupo se procedió al estudio de cada uno de los elementos.

Respecto a la peana, el CRRM realizó un profundo trabajo sobre la madera con un tratamiento para la grave afectación de insectos xilófagos y de los estratos polícromos. Así, se eliminó, secuencialmente, cada una de las aportaciones no originales, todas salvo el redorado con plata corlada que presentan las molduras y patas, así como la policromía de las carnaciones, repolicromadas desde muy antiguo.

Una intervención la del CRRM que también recuperó los fuegos que, en origen, decoraban la parte superior de la peana, colocados allí para simular el infierno sobre el que se encuentra la figura del demonio. También se recuperó la posición original del demonio, alterada en una anterior restauración del grupo.

En lo que se refiere a la imagen del demonio, el trabajo principal del CRRM se centró en retirar las cuatro capas de repolicromía existentes, lo que permitió recuperar su color original, que había pasado de rojizo a marrón oscuro. Esta fase, que se prolongó un año, dejó al descubierto los graves daños que sufrió la imagen en 1864 cuando se vino abajo la torre de la iglesia de San Miguel. Y también se pudo constatar la amputación de muchos de los dedos de las manos y pies, rehechos en una posterior restauración. También se encontró el agujero en donde encajaba unas de las dos alas que poseía la figura del demonio, actualmente desaparecidas.

 

 
 
Foto: Pascual Egea

 

FUENTES

SÁNCHEZ-ROJAS FENOLL, María del Carmen. "El escultor Nicolás Salzillo", en Anales de la Universidad de Murcia, vol. XXXVI, nº 3, Universidad de Murcia, 1978, pp. 272-273.

FERNÁNDEZ LABAÑA, Juan Antonio. "Sobre el San Francisco Javier de Nicolás Salzillo existente en la Iglesia de San Bartolomé de Murcia", en Svmma stvdiorum scvlptoricae, Diputación Provincial de Alicante e Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2019, p. 276-277.

 

Anterior entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com