Después de varios meses de redacción y tras la investigación sobre la historia y el patrimonio de este histórico Convento del Santo Ángel de Sevilla desde que llegué a esta casa en 2005, por fin se hizo realidad un libro que intenta recopilar toda la historia y todo el arte de este emblemático templo carmelitano. Si la arquitectura estaba bien analizada, no sucedía lo mismo con las otras artes. Salvo las obras maestras más conocidas, es la primera vez que se analiza completamente todo el patrimonio escultórico y pictórico como los retablos, dándose a conocer numerosas atribuciones.

Es el historiador González de León el que aporta los datos sobre el encargo del titular del templo, el Santo Ángel de la Guarda (imagen superior), y su compañero, San Rafael, medicina de Dios, al escultor valenciano afincado en Sevilla Blas Molner en 1792. Las describe como "estatuas gallardas y bien ejecutadas" y se hicieron para las pilastras laterales del presbiterio, pasando al retablo mayor tras los destrozos de la francesada. Destaca la elegancia y composición de ambas tallas, de tamaño mayor del natural, que marcan ya la llegada del neoclásico a Sevilla de la mano de este escultor académico.

El ángel que sostiene la cruz a los pies de la imagen de San Juan de la Cruz que figura en el retablo mayor, de una belleza especial, recuerda los de Blas Molner, escultor que tanto trabajó para este convento. Recordamos que este angelito de los pies procesionó en el paso del Cristo con la Cruz al Hombro, nazareno titular de la hermandad del Valle, sujetando el extremo de la cruz.

Por último, atribuimos con fundamento la talla de San Elías a Blas Molner. Presenta notables similitudes con la imagen del profeta que el escultor talló para el convento de los descalzos de Écija, firmada y fechada en 1791. Representa al profeta sosteniendo el libro de la ley y la espada que le identifica por su celo en la defensa del Señor Dios de los ejércitos. Viste túnica y capa de piel con las tonalidades del hábito de los carmelitas, como inspirador de la Orden y modelo de oración y defensa del único Dios. Destaca la calidad general de la escultura, recientemente restaurada (ver enlace), especialmente en la expresividad del rostro.